Jaime Darío Oseguera Méndez La alternancia es el arma más poderosa que tiene el ciudadano en la democracia. El voto es el instrumento de evaluación y calificación respecto de los gobiernos, Cada vez es más evidente que los ciudadanos lo usan, sin reticencia, para premiar o castigar las gestiones administrativas y el desempeño de sus representantes. El tema central es que la democracia, que es el mecanismo para el reparto del poder, no tiene satisfecho a la gente en términos de bienestar. Dicho de otra manera, la democracia por sí misma no provoca desarrollo. La democracia electoral es una parte sí del progreso social; sin democracia no habría avance posible, pero la mera posibilidad de que haya gobiernos de distinto signo político no es garantía de que la gente viva mejor. En Michoacán más del ochenta por ciento de los puestos de elección que estuvieron en juego en al pasado proceso electoral cambiaron de partido político. Lo anterior representa un claro ejemplo de insatisfacción de la gente con sus autoridades. Todavía hace poco discutíamos en el país, si el período de los presidentes municipales era suficiente o si se tenía que ampliar para dar pie a proyectos de largo alcance, mismos que no se pueden llevar a cabo en Presidencias Municipales de tres años. En algunos estados de la república como en Coahuila por ejemplo, el período de los ayuntamientos se amplió a cuatro años y en la realidad no se reportan avances importantes. Ni hay continuidad en los programas, ni se he tenido más avance. Eso sí, lo que hay es una mayor satisfacción por el poder decidir quién es el que gobierna pero, por ejemplo, los programas de gobierno que van más allá de una administración y, las acciones buenas que implementan los gobiernos municipales, se pierden con la alternancia. A mí me parece que tiene que haber un registro de acciones a largo plazo que las suscriba el gobernante en turno y que no puedan ser cambiadas. Se trata de programas y acciones con presupuesto establecido y asignado para que haya continuidad. En Michoacán desde hace muchísimos años, la alternancia es el signo político del sistema. El ochenta por ciento de los ayuntamientos cambia de partido político predominante en cada elección. En realidad muy pocos Presidentes Municipales pudieron reelegirse, lo que habla también de la insatisfacción del ciudadano con sus autoridades. Creo que la historia de los partidos políticos como los conocemos está llegando a su final. La sociedad exige que no se les de más dinero público. Si esta tendencia prevalece, los partidos políticos tendrían que funcionar solamente en período electoral y este tiempo debería ser relativamente corto. Vamos a ser claros, no se trata de decir que la alternancia es un proceso nocivo para la política. Todo lo contrario, la renovación de los poderes públicos tiene un efecto positivo porque los electos tratarán de hacer su mejor papel para ser reelectos y los partidos deberían pensar de manera similar, es decir, mandar a competir a sus mejores cuadros para seguir gobernando bajo los principios de un partido, de un programa político. Así se logra el refresco, la renovación pero se pierde la continuidad. ¿Qué es mejor? Creo que es mejor la renovación, la alternancia, porque la gente que se queda en el poder se anquilosa. Esa fue la virtud de nuestro país en el viejo régimen,. Había un partido hegemónico, pero no eran los mismos quienes lo dirigían. Había un gobernante omnipotente pero por un tiempo determinado. Terminando se tenía que ir y esa renovación le da nuevos aíres, nuevos vuelos a la política, La pregunta en todo caso es ¿Por qué la gente está tan insatisfecha con sus políticos? La respuesta es sencilla: los políticos prometen mucho y, cuando es imposible cumplir con todo lo que proponen, el ciudadano se desencanta. Es un fenómeno que sucede en todo el mundo. En el fondo ese es el cultivo de la alternancia: el que no promete no vende, pero el que promete mucho pierde en la siguiente. La alternancia no es buena ni mala en sí misma. Simplemente es la forma básica de la democracia liberal, Mientras no encontremos un mejor sistema, la alternancia será el mecanismo para que los gobernantes no abusen, o por lo menos no lo hagan durante mucho tiempo.