Sr. Toca-Mal: El diccionario de la RAE define a LA TRAICIÓN, como la "falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tomar". En política uno de sus mayores dilemas es la dificultad, sino imposibilidad, de que se cumplan todas las promesas. Aunque los sociólogos saben a la perfección que las predicciones de las evoluciones socioeconómicas para el futuro son prácticamente imposibles de hacer, los ciudadanos y por supuesto la oposición política en turno, no dejan de denunciar a los políticos en el poder de: "mentirosos" y "traidores" cuando hacen promesas que forman parte de todo el juego político. La política es la actividad profesional que más cantidad de amistades rompió a lo largo de la historia. Pero es también la que más rápido (muchas veces sin explicación alguna), logra recomponer esas relaciones quebradas por actos de infidelidad y mala fe. En la última década del siglo XX, los autores franceses Denis Jeambar y Yves Roucaute publicaron: "Elogio de la traición: Sobre el arte de gobernar por medio de la negación". Afirmando en él que: "los compromisos más eficaces suponen las mayores traiciones. No hay acuerdos más sólidos que los concertados entre hombres anteriormente hostiles". "El compromiso sólo es firme si su adversario más feroz lo acepta y abandona -traiciona- sus convicciones más arraigadas". Los efectos prácticos de ejercer una conducta desleal e infiel brindarán un beneficio político superior que justifique ese accionar, amortiguando de esta manera el reproche moral de la opinión pública hacia dicho acto. Jeambar y Roucaute sostienen que los grandes estadistas modernos han sido todos grandes traidores. Impidieron mediante la negación y el pragmatismo, las polarizaciones que amenazaban destruir sus sociedades, incumplieron las promesas de redención que los llevaron al poder y defraudaron a los seguidores que creyeron alcanzar con ellos su propio éxito personal. Con ello salvaron la democracia y la pluralidad de fuentes de poder, siempre cambiantes e inestables, como sus sociedades. El gran traidor es respetuoso de la ley y la diplomacia, esos frutos maduros de la mentira, la transacción y el compromiso. Honoré de Balzac (1799-1850), fue un novelista francés, representante de la llamada novela realista del siglo XIX. Elaboró una obra monumental: La Comedia Humana. En su obra menciona: "Un hombre que se jacta de no haber cambiado jamás de opinión, es un hombre que trata de ir siempre en línea recta, un necio que cree en la infalibilidad (que no puede engañar ni equivocarse), no existen principios, sino sólo acontecimientos, no existen leyes sino sólo circunstancias. El hombre superior asume sus acontecimientos para dirigirlos, El hombre no está obligado a ser más prudente que toda una nación". Saludos, Dr. Efraín Regalado Sánchez. tocamal@yahoo.com