“Cuando tienes un gran amor, debes cuidarlo como si fuera una planta. Si el amor es pequeño, deja que se marchite hasta que muera” HiromiKawakami Iniciamos la semana cuestionándonos qué es lo que sigue ante los embates de la delincuencia en nuestra ciudad y nuestro estado. Parece que ya nada nos asombra, pues vivimos inmersos en noticias terribles, como la de inicios de esta semana, una balacera en la que murieron 20 personas aquí muy cerca, en Zinapécuaro. En los medios nacionales, es ya común y muy triste que Michoacán aparezca siempre dando la nota roja, tan es así que, el embajador de Estados Unidos en México declaró, que “Morelia es como el corazón del crimen organizado”. Seguimos siendo presa de la delincuencia en la capital del estado, y lo digo no solo por la percepción y las experiencias diarias de quienes vivimos aquí, sino también después de conocer los datos presentados por el organismo ciudadano “Semáforo Delictivo” durante el mes de febrero pasado. Fíjese, solamente en dicho mes, en Morelia se reportaron 63 incidentes de narcomenudeo, 39 homicidios, 16 casos de violaciones, 49 incidentes de violencia familiar y 2 feminicidios; todos estos actos en semáforo rojo, con incrementos hasta del 20%. En los únicos actos que estamos en semáforo verde son en secuestros con uno solo denunciado en todo el mes, y robos a casa habitación (en total 34 denuncias) con un decremento del 16 por ciento respecto al mes anterior. Este es un tema que no se ha podido controlar, no solo en la capital sino en todo el estado; así que, en cuestión de seguridad, nuestros gobernantes o no han sabido cómo hacerle, o ha existido nula colaboración con los gobiernos federal, estatal y municipal, o de plano, muchos de ellos son cómplices omisos. Vemos lo que ocurre en Michoacán y el tema es alarmante. 209 homicidios, 4 secuestros, 5 extorsiones, 185 casos de narcomenudeo, 374 robos a vehículos, 83 robos a casas, 52 robos a negocios, 489 lesiones, 40 violaciones, 3 feminicidios y 105 hechos de violencia familiar. Casi todos nuestros semáforos están de color rojo, llamando a la alerta ciudadana pues, lo que se reporta son solamente los casos denunciados, imagínese lo que no se denuncia, lo que no se sabe ya sea por miedo y amenazas o porque también se está inmiscuido en alguno de estos hechos. Ahora que ya han pasado las campañas y estamos un poco ajenos a temas electorales, preguntémonos como sociedad por una estrategia de seguridad que realmente nos convenza, y no “grandes ideas” que solo quedan en el discurso, pero son imposibles de realizar. Recordemos que la SEGURIDAD es la principal obligación rectora de un ESTADO, además de uno de sus fundamentos al ser un ente creado por el hombre. Por lo tanto, para que funcione como tal, debe cumplir con esta obligación primaria: brindar seguridad a los ciudadanos. Es el momento de exigir SEGURIDAD a quienes intentan gobernarnos, y no solamente escuchar palabras “bonitas de amor, paz y abrazos” o “efectivos” slogans de campañas, como si se tratara de comparar a los candidatos con productos mercantiles para ser seleccionados en el mercado. tocamal@yahoo.com