“Tanto si crees que puedes, como si no, tienes razón” Henry Ford Tocamal A propósito de la situación que vivimos en nuestro país acerca de la confianza en nuestras decisiones, evitando hacer caso de los rumores, o peor aún, convertirse en instrumento de ellos; me vino a la mente el relato acerca del efecto Pigmalión de Gabriel García Márquez ¿lo conoce? El escritor comenzó una plática contando una historia, que más o menos dice así: “Imagine un pueblo muy pequeño en donde una señora mayor sirve el desayuno a sus dos hijos, guardando una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella responde: -No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo-. El hijo se va a jugar billar y al momento de tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: -Te apuesto un peso a que no la haces-. Todos ríen, el tira y efectivamente, no la hace. Paga su peso y les dice a sus amigos: -Es cierto, me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre, acerca de algo grave que va a suceder a este pueblo-. Todos ríen, mientras el amigo que ganó su peso regresa a su casa en donde lo espera su mamá; feliz con su peso le dice: -Le gané este peso a Dámaso de la forma más sencilla, pues no pudo hacer una carambola según él, preocupado pues su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en el pueblo-. Su madre le responde: -No te burles de los presentimientos de los viejos, porque a veces se cumplen-. Una pariente que oía esto, va a comprar carne y le dice al carnicero: -Deme un kilo de carne… mejor dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado-. El carnicero lo despacha, y cuando llega otra señora a comprar carne, le dice: -Mejor compre dos, porque aquí la gente anda diciendo que algo muy grave va a pasar y se están preparando y comprando cosas-. Entonces, para no hacer largo el cuento, el carnicero en media hora agota su carne, mata otra vaca, la vende toda y el rumor sigue esparciéndose. Llega el momento en que todo el pueblo está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades, y a las dos de la tarde alguien dice: -¿Se han dado cuenta del calor que está haciendo? ¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!-, sin embargo, dice uno:-A esta hora nunca había hecho tanto-. La plaza se queda desierta, un pajarito baja de pronto y se corre la voz: -Hay un pajarito en la plaza-, todo el mundo va espantado a ver al pajarito; llega un momento de tal tensión que todos los habitantes del pueblo están desesperados por irse y no tienen valor de hacerlo. -Yo si me voy- grita uno, mientras agarra sus muebles, sus hijos, sus animales y atraviesa la calle en su carreta, por donde todo el pueblo lo ve. Así la gente empieza a desmantelar literalmente el pueblo. Uno de los últimos en abandonarlo dice: -Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa-, y entonces la incendia, huyendo como en un éxodo de guerra. En medio de ellos, va la señora que tuvo el presagio y le dice a su hijo: -¿Viste hijo?, te dije que algo muy grave iba a suceder hoy en este pueblo-” Por último… recuerde que lo negativo atrae lo negativo; sea positivo, construyamos una visión de futuro y no destruyamos lo que con tanto esfuerzo hemos construido. tocamal@yahoo.com