Usted puede hacer lo que quiera

La paciencia sirve para comprender una situación, para tener un más alto nivel de comprensión, para colocar o decidir con un mayor conocimiento, para no tener que arrepentirse por una palabra, una acción o una decisión precipitada.

Tocamal

"Una persona que espera es una persona paciente. La palabra ´paciencia ́ significa la disposición a permanecer donde estamos y vivir la situación al máximo, en la creencia de que algo oculto se manifestará a nosotros"

PUBLICIDAD

Henri Nouwen

Sr. Toca-mal: Novalis, escritor alemán del Romanticismo dijo: "La Paciencia es de dos especies: una serena tolerancia de lo que falta y una tranquila resistencia de lo excesivo". La paciencia es un rasgo de la personalidad prudente. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que las cosas que no dependen estrictamente de uno, se las debe otorgar el tiempo.

La paciencia es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien. La palabra paciencia proviene del latin pati, que significa: sufrir. El participio patiens se introdujo al castellano como paciente (en los hospitales) o "el que sufre".  Una expresión coloquial con la palabra paciencia es "perder la paciencia" que se utiliza cuando la tolerancia y la perseverancia se agotan en el individuo o cuando este ya no soporta seguir esperando por algo o por una situación.

PUBLICIDAD

La paciencia sirve para comprender una situación, para tener un más alto nivel de comprensión, para colocar o decidir con un mayor conocimiento, para no tener que arrepentirse por una palabra, una acción o una decisión precipitada. La paciencia permite comprender reacciones y comportamientos. La paciencia se consigue disfrutando del momento. Cada momento de la vida es una oportunidad de pasar un rato placentero. Hay que darse gusto de degustar la comida preferida, escuchar música que le gusta, mirar una película, disfrutar de la charla con amigos o simplemente dar un paseo. Hay que concentrar la atención en el tiempo presente.

La paciencia nos permite vivir la vida desde la actividad paciente. Decía San Agustín, "La paciencia es la compañera de la sabiduría". La paciencia no es apatía, ni resignación. No es falta de compromiso, porque no es estática: el que espera con calma lo hace activamente, se rebela contra la dificultad. El sosiego es optimista, pues la espera activa da esperanza. El impaciente considera que el objetivo es la meta, cuando en realidad el objetivo es la punta de partida. Tomemos un tiempo para observar que algunas cosas pueden esperar sin producir sufrimiento, y aprender a saborear el placer de la espera. Lola Flores (El País) nos dice que vivimos en un mundo frenético que exige resultados inmediatos y tener todo bajo control. Saber esperar es un ejercicio activo de fuerza y coraje. Evitar ese dolor es lo que nos hace impacientes. La tecnología -en especial las telecomunicaciones- ha creado la expectativa de inmediatez. El impaciente no puede renunciar a sus expectativas de inmediatez, condición que lo llena de ansiedad y lo obliga a realizar el movimiento que cree necesario para acelerar el proceso.  Saludos, Dr. Efraín Regalado Sánchez.

tocamal@yahoo.com