Usted puede hacer lo que quiera

Y ahora, con la nueva normalidad, ya no hay cafres al volante, la gente al volante ahora circula sin irritabilidad, sin prisas, de una forma muy cuidadosa, pero sobre todo con una lentitud que da miedo, que incluso ahora los accidentes no son provocados por la imprudencia, sino por la pazguates al conducir

“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”.

- Martin Luther King

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••• Alerta Toca Mal, es urgente que la sociedad despierte, que ahora sí observar una realidad que se está presentando en Michoacán y el mundo. Soy taxista desde hace más de 30 años en la capital michoacana y lo siguiente comenzó antes de la llegada de la pandemia del COVID-19, en el ambiente automovilístico, o sea en las vialidades morelianas, donde recuerdo bien que la gente conducía sus vehículos irritada, enojada, acelerada, tirando grandes cantidades de adrenalina, donde podías observar a muchos no respetar la luces rojas de los semáforos, donde era normal escuchar los recordatorios del 10 de mayo o ver accidentes generados por la imprudencia de uno que otro cafre, al grado que cuando yo terminaba mi labor como trabajador del volante el cansancio era demasiado, que incluso llegue a compartir con mi familia y compañeros que notaba que la gente al volante conducía de mal humor todo el tiempo, que percibía irritabilidad en la mayoría de los conductores, que incluso en muchas ocasiones al llegar, cada vez que me preguntaban sobre el cómo me había ido en el trabajo, yo respondía “creo que todo mundo me quiere pegar”, ya que muchos de los automovilistas, en ese tiempo, conducían peor que los mismos taxistas cuando se andan peleando un pasaje por la radio.

••• Y ahora, con la nueva normalidad, ya no hay cafres al volante, la gente al volante ahora circula sin irritabilidad, sin prisas, de una forma muy cuidadosa, pero sobre todo con una lentitud que da miedo, que incluso ahora los accidentes no son provocados por la imprudencia, sino por la pazguates al conducir de alguno que otro automovilista que le circula lenta, pero muy lenta la sangre, los cuales ahora ya no se pasan los semáforos en rojo, sino que respetan los altos, dan el paso a los peatones, hacen uso del uno y uno, se paran en doble fila sin importarles los demás, se dan vueltas prohibidas o en u, en todos lados, pero eso sí, todo lo hacen con calma, como si no existiera más gente que ellos mismos. Es como si en lugar de sangre tuvieran atole, como si fueran zombies al volante, donde sus movimientos son seguros e inseguros al mismo tiempo, en momentos con precaución y en otros generando riesgos para la demás gente.

••• Toca Mal, mi comentario no es para ofender, sino para concientizar de que la nueva normalidad es real y se puede observar en las calles de Morelia, pues cuando nadie conocía nada de la pandemia, nuestra forma de vida era una, y ahora que ya sabemos de la existencia del coronavirus nuestra vida es otra. Ambas formas de vida reales, que para unos son buenas y para otros malas, pero que en verdad son solamente que el reflejo de una nueva normalidad generada por la pandemia o posiblemente se trata del resultado de una vacuna que nadie sabe qué contiene. Atentamente Isaac Méndez, taxista de Morelia.

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