Gustavo Ogarrio Se cumplen 40 años de una novela que puede ser considerada un clásico oculto de la literatura mexicana contemporánea “Violeta-Perú” (1979-2019), del escritor veracruzano Luis Arturo Ramos. Como el título de esta novela lo sugiere, Violeta-Perú es una ruta urbana que cruza la ciudad de México, un viaje casi alucinante por el estómago de la urbe, la puesta en escena de un mapa tan íntimo como colectivo, tan personal como social: un autobús urbano que le da un sentido social, narrativo y político a la atmósfera opresiva, realista, de toda una generación “sacrificada” en el altar del autoritarismo gubernamental de exterminio selectivo del México de los años sesenta y setenta del siglo XX,: de la matanza de Tlatelolco en 1968 a la del 10 de junio de 1971. Es una obra maestra del lenguaje que capta la expresión popular cotidiana de esos años mediante una técnica narrativa que aprovecha para sí lo mejor de la novela mexicana del siglo XX. Este recorrido urbano es también una evocación de nuestra memoria compartida; símbolos del ayer que ahora son recuerdos que buscan su sentido histórico, social y novelístico en el presente. El gran escritor, también veracruzano, Juan Vicente Melo afirmó: “Violeta- Perú es un camino que transita de la orilla del sueño, y el personaje central, con boleto de 4ta. clase, ignora el sitio al que arribará". En el prólogo de esta edición, el reconocido crítico literario Juan Antonio Masoliver Ródenas ha expresado: “Pocos libros representan con mayor fidelidad el México posterior a la matanza de Tlatelolco que Violeta-Peru […] De la generación del cincuenta, Ramos ha recogido la compleja y disciplinada estructura narrativa para crear diversos planos de la realidad presentes y a la vez huidizos, creando una dinámica textual que no se corresponde necesariamente con la dinámica argumental”.