CIUDAD DE MÉXICO.- El 22 de diciembre de 1815, José María Morelos y Pavón, general de los ejércitos insurgentes, fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec, cumpliéndose la orden del virrey de Nueva España y enemigo encarnizado del cura, Félix María Calleja; la sentencia era previsible desde que Morelos fue capturado por el general realista Manuel de la Concha, en las cercanías de Tehuacán. Hace 199 años de ese día en el que caminó con la frente en alto y la mirada brillante, hacia el paredón. Le habían precedido sus mejores lugartenientes. Más de un año antes Mariano Matamoros fue llevado ante el pelotón de fusilamiento; meses después, Hermenegildo Galeana moría en combate. José María Morelos y Pavón, el Siervo de la Nación, es uno de los hombres más importantes de la historia. Ilustre, héroe, estratega, pilar fundamental de la creación del Estado mexicano, quien con dedicación y orgullo defendió a la Nación, sacrificando su vida por la libertad de todos los mexicanos. Nació en Valladolid, hoy Morelia, en el estado de Michoacán en septiembre de 1765. Siendo cura, se enteró del levantamiento de independencia de 1810 y se reunió con Miguel Hidalgo, quien lo nombró lugarteniente. En septiembre de 1813 Morelos convocó el Primer Congreso Independiente,en Chilpancingo, cuyo resultado fue la Constitución de Apatzingán que declaró la independencia absoluta de México con España y sentó las bases y la estructura jurídica, política y social del México que hoy vivimos.