Redacción / La Voz de Michoacán México. “A mí, tanto el doctor Alcocer como el doctor Hugo López, me han dicho que no necesito el cubre bocas si mantengo la sana distancia y en los lugares donde sí es necesario pues la norma, por no decir obligatoria, ahí me lo pongo, en el avión lo piden me lo pongo en el avión, en la oficina digo constantemente a ciudadanos gentes de organizaciones sociales ciudadanas políticas religiosas lo que hacemos es mantener sana distancia”, afirmó Andrés Manuel López Obrador en la conferencia matutina de este viernes. Mientras el presidente de México asegura que no se ha demostrado científicamente que el uso del cubre bocas ayude a evitar los contagios del COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de las mascarillas para prevenir contagios comunitarios. Si bien la OMS considera que hasta el momento el uso generalizado de mascarillas por las personas sanas en la comunidad no se apoya en datos de investigación de buena calidad o directos, sugiere que los gobiernos deberían alentar al público general a que use mascarilla en situaciones y entornos específicos como parte de un enfoque integral para interrumpir la transmisión del SARS-CoV-2. El organismo de salubridad sostiene que se ha comprobado que el virus causante de esta infección se transmite principalmente de persona a persona mediante gotículas respiratorias y el contacto físico. La transmisión por gotículas -expone la OMS- ocurre cuando una persona entra en contacto cercano (menos de 1 metro) con un individuo infectado y se expone a las gotículas que este expulsa, por ejemplo, al toser, estornudar o acercarse mucho, lo que da por resultado la entrada del virus por la nariz, la boca o los ojos. El virus se puede transmitir también por objetos contaminados presentes en el entorno inmediato de la persona infectada. Foto: Víctor Ramírez / La Voz de Michoacán Por qué usar cubre bocas, según la OMS La OMS aconseja el uso de cubre bocas y que se rija por un enfoque de riesgo centrado en los siguientes criterios: 1. La finalidad del uso de la mascarilla: si la intención es prevenir que el individuo infectado transmita el virus a otros (es decir, control de fuentes) o brindar protección a una persona sana contra la infección (es decir, prevención). 2. El riesgo de exposición al virus de la COVID-19. Debido a las características epidemiológicas y la intensidad del contagio en la población: si hay transmisión comunitaria y es poca o nula la capacidad para aplicar otras medidas de contención como el rastreo de contactos, la capacidad para efectuar pruebas de laboratorio y aislar y atender a los casos presuntos y confirmados; según la ocupación: por ejemplo, personas que trabajan en contacto estrecho con el público (por ejemplo, asistentes sociales, trabajadores que prestan apoyo personal, cajeros). 3. La vulnerabilidad del individuo o el grupo que usa la mascarilla: por ejemplo, las mascarillas médicas pueden ser usadas por personas mayores, enfermos inmunodeprimidos y personas con enfermedades concomitantes, tales como afecciones cardiovasculares o diabetes sacarina, neumopatías crónicas, cáncer y enfermedades cerebrovasculares. Foto: Víctor Ramírez / La Voz de Michoacán. 4. Entornos en que vive la población: lugares densamente poblados (por ejemplo, campos de refugiados, campamentos, lugares con gran hacinamiento) y entornos donde no es posible guardar una distancia de al menos 1 metro, (por ejemplo, en el transporte público). 5. Factibilidad: disponibilidad y costo de las mascarillas, acceso a agua limpia para lavar las mascarillas y capacidad de los individuos para tolerar los efectos secundarios del uso de la mascarilla. Posibles beneficios o ventajas Estas son las ventajas probables del uso de mascarillas por personas sanas del público general: • Posible disminución del riesgo de exposición a personas infectadas antes de que estas presenten síntomas. • Hacer que las personas sientan que pueden contribuir activamente a atajar la propagación del virus. • Recordar a las personas que deben observar otras medidas (por ejemplo, higiene de las manos, no tocarse la nariz ni la boca). • Posibles beneficios sociales y económicos. Habida cuenta de la escasez mundial de mascarillas quirúrgicas y EPP, alentar a la gente a crear sus propias mascarillas de tela puede fomentar los emprendimientos individuales y la integración de la comunidad. Es más, la fabricación de mascarillas de uso general representa una fuente de ingresos para quienes pueden elaborar mascarillas en su comunidad. Las mascarillas de tela pueden asimismo ser una forma de expresión cultural que estimule la aceptación pública de medidas de protección en general. • La reutilización sin riesgos de las mascarillas de tela puede además reducir los costos y el despilfarro y contribuir a lograr la sostenibilidad.