El Universal / La Voz de Michoacán Guanajuato. El subdirector de la Policía Municipal de Pénjamo, Jorge Cisneros Rangel, fue asesinado la noche de ayer sábado, horas después de que un comando armado lo sacara a la fuerza de una universidad en la que estudiaba Criminología ubicada en el municipio Huanímaro, al sur del estado. Con el homicidio de Cisneros Rangel van ocho elementos de seguridad asesinados en cuatro días consecutivos en la entidad, en los que seis más resultaron heridos. Su cadáver fue encontrado al interior de un vehículo en un poblado de Huanímaro (límites con Valle de Santiago), en el que aparentemente lo habrían trasladado, luego de su secuestro. El alcalde de Pénjamo, Juan José García, lamentó y condenó la muerte del mando policial por sujetos armados que por la mañana se lo llevaron del salón de clases, ante la presencia de otros estudiantes y del personal académico. Era un policía ejemplar, que se esforzaba por salir adelante y tenía la meta de concluir la licenciatura. Esposo y padre responsable. Su deseo de superación y preparación constante era evidente. Fue secuestrado en un plantel educativo en donde acudía de manera regular para obtener su título profesional. Lo que le permitiría avanzar en su carrera policial para brindar un mejor servicio a la ciudadanía. Su crimen no quedará impune", expresó el edil. En un comunicado, la presidencia Municipal de Pénjamo describió después de que Jorge Cisneros "fue secuestrado", que elementos de Policía Municipal, Fueras de Seguridad Pública del Estado y de la Guardia Nacional implementaron un operativo de búsqueda y rescate. Cercados por el despliegue operativo los secuestradores privaron de la vida a Jorge Cisneros en una comunidad del municipio de Huanímaro. Por instrucciones del alcalde, se procedió a brindar los apoyos conducentes a la familia en estos momentos de duelo. "De igual forma damos nuestras más sinceras condolencias a los familiares y amigos por este hecho en el que han privado de la vida a nuestro elemento policiaco". Ataques directos La racha violenta en contra de instituciones y mandos de Seguridad comenzó el miércoles con el ataque a Juan José Olvera Soriano, delegado del Centro Nacional de Inteligencia, y la muerte de su escolta en la carretera Salamanca–Celaya, en un presunto asalto; el jueves cinco custodios del Cereso de Valle de Santiago fueron abatidos y dos más lesionados en la carretera Salamanca-Pueblo Nuevo, y la noche del viernes el ataque a la Fiscalía Regional de Celaya dejó un policía ministerial fallecido, y tres de sus compañeros lesionados además de un civil. La Fiscalía mantiene hermetismo sobre la balacera registrada en contra de las oficinas de Celaya, sin revelar el estado de salud de los lesionados, el móvil de la agresión ni las investigaciones que realiza por diversos delitos en los que habrían participado los responsables en contra de su personal y del edificio.