Diana Franco / La Voz de Michoacán Morelia. Michoacán. Al hablar de Benito Juárez siempre se nos viene a la mente una parte de la historia de nuestro país, pues hablar de este personaje tan importante es recordar la separación de los bienes de la iglesia y el estado, la invasión francesa y la presidencia de México. Está claro que el benemérito de las Américas logró grandes cosas para la sociedad mexicana, sin embargo, casi nunca se habla sobre las dificultades a las que Benito Juárez tuvo que enfrentarse para poder llegar a ser uno de los personajes más recordados del país y del mundo entero, pero hoy que se conmemora el 216 aniversario de su natalicio, te contaremos una historia llena de injusticias, dificultades e inspiración. Benito Juárez nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, municipio de Ixtlán, Oaxaca; fue hijo de los indígenas zapotecas Marcelino Juárez y Brígida García, pero lamentablemente una de las primeras cosas a las que se enfrentó Juárez fue a la muerte de sus padres, pues él quedó huérfano cuando apenas tenía 3 años de edad. Él y sus hermanas pasaron al cuidado de sus abuelos, pero al poco tiempo ellos también murieron, quedando bajo custodia de su tío Bernardino Juárez. Benito era un niño campesino que no sabía hablar español, pues su lengua materna era el Zapoteco, cosa que era un impedimento para poder lograr sus sueños de estudiar y aprender, pues desde aquella época las lenguas indígenas ya caían dentro de la discriminación, pues aun en día, el hablar una lengua indígena en México significa ser el blanco de burlas, rechazos y ofensas. Benito Juárez fue el primer y único presidente indígena de nuestro país y de toda América latina, su periodo abarcó desde el 8 de diciembre de 1857 al 18 de julio de 1872, y una de las cosas por las que es recordado es precisamente por esta característica, su origen indígena, lo cual supone otro de los retos a los que este personaje tuvo que enfrentarse. Las personas y comunidades indígenas, lamentablemente han sufrido una serie de discriminaciones desde hace muchísimo tiempo, ya que en cuanto a ejercicio de derechos y acceso a oportunidades para el desarrollo de vidas satisfactorias y dignas existe una desigualdad enorme, pues esta gente tiene que enfrentarse día con día a los prejuicios sociales que los marginan y excluyen por su color de piel, lengua, características físicas, forma de vestir y comportamientos culturales. Lo anterior, claramente pone como consecuencias la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades, marginación y exclusión, razón por la que muchas personas indígenas dejaron de hablar su lengua materna y de transmitirla a las generaciones futuras, haciendo que muchas de ellas murieran. Benito Juárez estaba consciente de esto y por ello tenía que aprender el español para poder tener mayores oportunidades de estudiar y de poder salir adelante. Cuando logró hablar un poco de español, se dio cuenta que él no podría cumplir sus sueños en su comunidad, pues ahí eran muy pocos y todos estaban en las mismas condiciones que él, así que a los doce años decidió partir de su pequeño pueblo hacia Oaxaca. Ya ahí, se alojó en la casa donde una de sus hermanas trabajaba como cocinera, pero tiempo después conoció a don Antonio Salanueva, un encuadernador honrado y piadoso que se convirtió en su maestro, logrando que Benito aprendiera a escribir, a leer y a hablar español. Durante toda su infancia, Benito luchó por su educación, por aprender y por conocer muchas cosas nuevas, pues él quería hacer que el mundo fuera más justo y equitativo para todos. Una vez en el poder y siendo presidente de México, su lucha por la educación y la justicia se hizo presente, proclamó las leyes de reforma, fundó escuelas normales, promovió la inversión extranjera, mejoró la economía del país, redujo los gastos militares para aumentar los educativos y promovió los derechos de las mujeres. Aunque Benito ya era el presidente de México y había logrado una infinidad de cosas, él se sentía muy acomplejado por su estatura, pues medía 1.37 metros. Recordemos que la pobreza en la vivió de niño no le permitía tener una alimentación adecuada ni una vida saludable, y sumado a esto, las características genéticas de la comunidad a la pertenecía, quizá afectaron su desarrollo físico. Probablemente Benito Juárez se sentía menos que muchas personas, menos que los otros líderes y gente que ocupaba cargos de poder debido a esto. Es impresionante que siendo Benito Juárez uno de los personajes más notables de nuestro país, no se hayan mejorado las condiciones de vida para las personas indígenas, pues la historia de ha encargado de hacer ver su origen étnico una característica notable, pero al mismo tiempo, se encarga de ponerla como “Lo otro”, lo folklórico y lo diferente. Si, su historia es inspiración, pero también es una romanización de la pobreza, pues nadie es feliz de serlo, no existe misticismo en los agujeros de los calcetines, en las goteras sobre la cama o en dejar que alguien que se ama coma la poca comida que le estas dejando aun sabiendo que estas muriendo de hambre. ¿Qué hubiera pasado si Benito Juárez se hubiese rendido y no hubiera perseguido su sueño?, él tuvo suerte y se encontró con las personas correctas, pero ¿Qué pasó con aquellas que no las encontraron?.