A un año de haber dejado su cargo tras los hechos ocurridos en Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2014, Iñaky Blanco, ex titular de la Fiscalía General en Guerrero, se encuentra tranquilo, litiga de manera particular y dice que siempre ha colaborado con las autoridades para llegar a la verdad sobre los sucesos en el que fueron desaparecidos 43 estudiantes y asesinadas seis personas más. El entonces fiscal, pidió no politizar el asunto y analizarlo desde la perspectiva del trabajo que realizó la dependencia a su cargo, toda vez que si no hubiera actuado como lo hizo desde el primer momento, no se hubiera logrado la detención de 22 policías municipales, ni avanzado en las pruebas periciales que integraron el expediente que fue entregado a la Procuraduría General de la República (PGR). A través de una entrevista vía telefónica con Ciro Gómez Leyva, Iñaky Blanco recordó que la del 26 de septiembre "fue una noche por demás complicada y nos sentimos muy solos, aunque sí contamos con el apoyo de algunas autoridades, como el Ejército". Aseguró que él no carga con ninguna culpa o responsabilidad en el sentido de haber detenido y posteriormente liberado al entonces jefe de la policía municipal de Iguala, Felipe Flores pues en el momento en que acudió a las autoridades judiciales para declarar, no había sido referido como implicado, lo cual ocurrió diez días después, resultado de la declaración de dos trabajadores de Protección Civil, quienes le atribuyeron órdenes respecto al destino de los normalistas. Dijo que no compareció o colaboró con los especialistas del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) porque nunca fue requerido de manera directa por ellos, pero que lo ha hecho ante las autoridades mexicanas que lo han requerido.