Arturo Molina, Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El luto que cubre a la Arquidiócesis de Morelia y a la comunidad católica en general aumentó esta semana, en la que se llegó a un total de seis sacerdotes fallecidos a causa del nuevo coronavirus COVID-19, después de que hasta finales de junio sumaban tres líderes religiosos que perecieron por esta enfermedad, pero tres integrantes más de la Iglesia murieron por el padecimiento entre el 5 y 6 de agosto. En un periodo de sólo dos días, la Arquidiócesis de Morelia emitió tres esquelas por los fallecimientos de integrantes de la Iglesia asentados en diferentes puntos de la región: Alfonso Espino García, residente en la parroquia de Valle de Santiago, Guanajuato, fallecido este 5 de agosto; Mario Nieto Castro, párroco de San José Obrero, en La Coyota, municipio de Zitácuaro, quien murió este 6 de agosto, y Martín Bernal Heredia, párroco del Señor de la Piedad, cuyo deceso también se dio este 6 de agosto. “Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, sus obispos auxiliares, el Presbiterio y toda la Arquidiócesis de Morelia, se unen en oración por el sensible fallecimiento de nuestro hermano sacerdote, quien en este tiempo de contingencia del COVID-19 partió a la casa del Padre”, se leyó en las esquelas enviadas a medios de comunicación para informar el fallecimiento de cada uno de los tres sacerdotes. En torno al caso de Espino García, se precisó que “el padre pertenece a la Arquidiócesis de Morelia, pero actualmente presentaba su servicio ministerial en Valle de Santiago, Guanajuato, la cual actualmente pertenece a la Diócesis de Irapuato”. Además de que “hasta 2004, la Arquidiócesis de Morelia comprendía más municipios del estado de Guanajuato y cedió parte de su territorio para crear la Diócesis de Irapuato, entre ellas la Parroquia de Valle de Santiago”. Iglesia, sin verdaderas medidas emergentes De forma paralela, sigue sin haber medidas emergentes y especiales en la Arquidiócesis de Morelia ante el tema de contagios por COVID-19 al que son propensos los sacedortes, que no sólo pone en peligros sus vidas, sino que, en caso de adquirir y dada la dinámica que se practica en las liturgias, se convierten en auténticos vectores de la infección. A pesar de que esta semana fallecieron más presbíteros que se encontraban activos en sus parroquias, la estrategia de contención del virus a los religiosos y a la feligresía se mantendrá en los mismos términos. Para esta semana incrementó el número de sacerdotes fallecidos en Michoacán por COVID-19. Son 5 presbíteros que han contraído y perdido la vida por el virus en lo que va de la pandemia, al que se suma otro caso, que falleció en el estado de Guanajuato también en días pasados. Fue a inicios de esta semana que el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, aseguró que hasta el momento se siguen apegando a las medidas de sanidad, con una reducción de un 25 por ciento de capacidad en los templos y sin realizar las fiestas patronales en las distintas parroquias. Aseguró que, de ser necesario y tomando en consideración la información de las autoridades sanitarias, se decidirá si las iglesias de zonas afectadas regresan a los esquemas de celebraciones litúrgicas a puerta cerrada. “Si llegara algún lugar del estado a verse más en riesgo de contagio, eventualmente se tendría la posibilidad de cerrar a puerta cerrada con las medidas que se tuvieron durante la mayor parte de la pandemia y cumpliendo con todas las medidas precautorias”, explicó. No obstante, tal como esta casa editorial ha informado, son decenas de comunidades, incluyendo en tenencias de Morelia, que las poblaciones y las parroquias se niegan a dejar de lado los actos masivos y las fiestas patronales. Además, los protocolos de las liturgias poco o nada se han adaptado a la ‘nueva normalidad’. Un padre puede convivir en una sola con 25 personas interactuando de cerca con todas ellas en tradiciones como la hostia y el vino, el saludo de paz y hasta los consejos personales que realiza con varios de los parroquianos, que acuden por consejos con los curas. Es de resaltar que, además, las misas en ningún momento se detuvieron, ni siquiera en el periodo de aislamiento obligatorio, lo único que hizo la Iglesia fue hacerlas a puerta cerrada, pero, tal como documentó esta casa editorial, hubo liturgias con más de 30 asistentes en espacios cerrados y donde incluso con menos distancia entre ellos y sin seguimiento de los protocolos mínimos. Aforo, presuntamente al 25 por ciento El jerarca de la Iglesia católica en la Arquidiócesis de Morelia justificó que desde que comenzó la reapertura de las actividades económicas y sociales de Michoacán, las iglesias han mantenido una apertura del 25 por ciento (aunque hay párrocos que no tienen el menor cuidado, sólo hacen que sus feligreses mantengan en secreto las misas), lo cual implica que, de haber un retroceso en las medidas por los contagios, la Iglesia no se vería afectada. “Nos hemos esforzado por implementar las medidas en las iglesias, y para influir en el tema de la disminución de los participantes en las celebraciones, hemos procurado tener el 25 por ciento antes del 50 por ciento que nos habían autorizado y no nos afectará porque en el semáforo rojo se permite la participación del 25 por ciento y estaremos tomando otras las medidas sanitarias, como se ha estado realizando en todas las celebraciones que se tiene a bien realizar”, destacó. La vigilancia se ha mantenido en todos los sentidos. Hasta finales del mes de julio, un total de 11 iglesias fueron sido sancionadas en sus reglamentos internos por no apegarse a los lineamientos e incumplir con los protocolos de sanidad y sana distancia. En los últimos 5 meses, los liderazgos de las distintas iglesias han accedido a cumplir con la normativa para evitar los contagios; no obstante, las resistencias se han seguido encontrando. El trabajo es complejo a partir de esta segunda mitad del año. El incremento en las festividades religiosas, el inicio de procesiones, peregrinaciones, fiestas patronales, cultos religiosos y las festividades de finales de año representan un reto para las autoridades religiosas y estatales. En el caso de nuestro estado, en la Iglesia católica, que aglutina a casi el 90 por ciento de quienes practican una religión, la respuesta fue inmediata al evitar las congregaciones, suspender las misas y llamar a la población a suspender las actividades no esenciales con el objetivo de evitar los contagios. Se duplican decesos entre religiosos Con la noticia de los fallecimientos más recientes prácticamente se duplicó la cifra de sacerdotes católicos que murieron a causa del nuevo coronavirus en la zona de Michoacán o que eran miembros de la Arquidiócesis de Morelia. Hasta finales de junio, esta comunidad religiosa lamentaba la muerte de tres sacerdotes, mientras que durante julio no se confirmaron más decesos. “Carlos López Aceves, tristemente, después de seis días internado en el IMSS Camelinas, el pasado 17 de junio perdió la vida por el COVID-19, convirtiéndose, así como el primer sacerdote de esta Arquidiócesis, en ser víctima mortal de esta pandemia del coronavirus. Carlos, originario de La Piedad, Michoacán, tenía 27 años de sacerdote, 56 años de edad y actualmente servía como párroco en la Parroquia del Señor del Rescate, en Morelia, Michoacán”, informó el arzobispo Carlos Garfias sobre el primero de estos fallecimientos, ocurrido a mediados de junio. Las siguientes dos defunciones fueron de Francisco Javier Arteaga, de la Diócesis de Tacámbaro, el 25 de junio de 2020, y Víctor Ramírez Aguilar, de los Misioneros Servidores de la Palabra (MSP), el 26 de junio de 2020, quien se desempeñaba como rector en el Seminario de la Congregación en San Pedro de los Sauces, del municipio de Tarímbaro, Michoacán. Más de 10 contagios entre Servidores de la Palabra En torno al caso de los Misioneros Servidores de la Palabra, que “tienen una jurisdicción de la vida religiosa independiente”, el coordinador de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Morelia, Julio Fajardo Aguilar, informó que se creó un cerco sanitario en el Seminario de la Congregación en San Pedro de los Sauces del municipio de Tarímbaro, en tanto que al menos cuatro miembros fueron clasificados como “casos sospechosos” al coronavirus. En su último informe sobre los casos activos entre líderes católicos, Fajardo Aguilar precisó que al menos 8 sacerdotes aún presentaban la enfermedad y 10 integrantes del mencionado seminario esperaban ser dados de alta en días próximos. “Tenemos 8 sacerdotes registrados positivos a COVID y sólo uno de ellos se encuentra hospitalizado, los demás están en recuperación en su casa, no han tenido mayor agravante en sus comunidades, ya se están tomando las medidas sanitarias respectivas. Ellos se abstienen de celebrar (misa) hasta que se cumpla el plazo que nos marca la Secretaría de Salud. En el tema de los Servidores de la Palabra, están por darse de alta esta semana más de 10 contagiados que hubo ahí en el seminario”.