Juan Bustos / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. En materia educativa, al cumplirse dos años de gestión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en Michoacán existe aún compromisos que no ha podido saldar, desde la liquidación de adeudos y regularización de recursos para pago de quincenas de los maestros, la atención privilegiada a grupos beligerantes y hasta la falta de estabilidad política al sector magisterial ante el conflicto que se vive. Para Mexicanos Primero en este periodo es importante destacar algunas características del estilo de gobernar, siendo auténticas áreas de oportunidad a corregir en breve por parte de los funcionarios en materia educativa. Erik Avilés Martínez presidente del organismo en Michoacán, destacó que uno de los efectos sensibles de estos dos años fueron las reducciones presupuestales, “las cuales afectan gravísimamente la viabilidad de instituciones educativas en las entidades federativas”, como está vislumbrándose sucederá con las escuelas normales michoacanas, que tendrán solamente 229 pesos por estudiante para 2021. Consideró el centralismo en decisiones uno de los principales problemas “con soslayo a los gobiernos estatales y municipales”, como es el no concluir la federalización de la nómina educativa, acción instrumental para conformar un verdadero rescate a las finanzas educativas michoacanas, como se ha pedido desde la sociedad civil organizada desde hace más de una década. Se le suman, dijo, las presiones que se han emitido desde el más alto nivel para forzar a nuestros legisladores estatales a apoyar medidas que restan atribuciones, respeto y fortaleza a los gobiernos estatales y municipales en materia educativa. REFORMAS SIGUEN INCOMPLETAS El especialista indicó que se padecen también reformas incompletas y sin implementación real a la fecha que impacten en el desarrollo educativo de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en Michoacán. Asimismo, la pulverización del erario a través de entregas directas a los beneficiarios de los subsidios, en lugar de generar economías de escala, desarrollo de instituciones y fortalecimiento de una coordinación entre órdenes de gobierno. Avilés Martínez indicó que, pese al discurso del presidente, se mantiene una fuerte debilidad institucional ante la corrupción, derivada de la escasez de controles, de contraloría social y de vigilancia recíproca entre órdenes de gobierno y poderes de la unión. Una falla ciertamente heredada de administraciones anteriores pero que ha encontrado en la forma de gobernar de López Obrador nuevo caldo de cultivo. Agregó que otro signo negativo tiene que ver con la atención de acuerdo con la beligerancia de los grupos de interés: “quienes más acremente protestan son atendidos más rápidamente, el contraste entre la atención a la CNTE respecto a los maestros del Programa Nacional de Inglés (PRONI) es enorme”, recalcó. De igual forma, dijo que existe abundancia de nombramientos en responsabilidades federales de perfiles con conflictos de intereses en materia sindical o con experiencias negativas previas en la administración pública en el sector educativo. Para finalizar, refirió que alarma la indiferencia ante la necesidad de indicadores, impulso de una muy precaria cultura de la evaluación y la desaparición del INEE, con su autonomía y atribuciones ahora extintas. Los otros datos en materia educativa, salvo muy tímidos y ambiguos esfuerzos como los de la reciente encuesta de MEJOREDU, son también negativos