Redacción / La Voz de Michoacán México. Sin visos de un eventual regreso a clases presenciales al corto plazo en México, salvo el caso de Campeche por estar en semáforo verde, al sector educativo privado le urge oxígeno para sobrevivir, ante el cierre de escuelas y deserción de alumnos que ha causado la pandemia de COVID-19. Y el panorama se torna incierto para la Asociación Nacional de Escuelas Particulares de la República Mexicana (ANFE-ANEP), que teme el cierre definitivo de 20 mil institutos, de las 48 mil que hay en el país, además del abandono de más del 40% de estudiantes. Alfredo Villar Jiménez, presidente de la ANFE-ANEP, estima que de los 5 millones 500 mil estudiantes del sector privado, 2 millones 300 mil se pasarán al público para validar sus estudios en línea. A pesar de que solo Campeche tiene hasta el momento la posibilidad de regresar a las clases presenciales, Villar Jiménez demanda un diálogo con la Secretaría de Educación Pública para que se fije un plazo para que las escuelas particulares puedan reanudar actividades atendiendo todos los protocolos sanitarios contra el coronavirus, que a la fecha ha infectado a 1.7 millones de personas y causado la muerte a más de 152 mil. “Las escuelas particulares ya deben iniciar las clases de manera presencial, con la participación de todos los padres de familia y todos los sectores de la iniciativa privada. El Estado de Derecho está de su parte y es la base de sus actividades”, dijo. Por ello están decididos a abrir sus puertas en febrero amparándose en la ley: Haremos uso de un amparo que nos permita abrir puertas a nuestra comunidad dentro de las medidas sanitarias que se requieren para protección para todos”. Para el presidente de la ENFE-ANEP, la sociedad mexicana no está preparada para integrarse a un sistema educativo a distancia, así como tampoco contaba con los instrumentos y tecnología, ya que mientras más pasa el tiempo más desertan los alumnos. Villar Jiménez sostiene que el 65% de los padres de familias que mantienen a sus hijos en institutos educativos particulares desean su reapertura, y señala que también están riesgo de perderse 200 mil empleos de personal educativo. Asimismo, acusa al Servicio de Administración Tributaria (SAT) de presiones, y tanto el gobierno federal como la SEP “no están poniendo atención” a pesar de que tienen responsabilidad de ayudar alsector. Las escuelas privadas son no contribuyentes de ningún impuesto ya que la educación no es una actividad mercantil, así lo establece la Ley Federal de Educación, entonces no puede haber utilidades, solamente cuando se adquieren utilidades es cuando se pagan los impuestos”.