Agencias / La Voz de Michoacán. Unos 27 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años de edad se ven obligados a emigrar cada año de sus países con la intención de escapar de condiciones de inseguridad o de pobreza, asentó hoy la ONU al conmemorar el Día Internacional de la Juventud. Al dedicar la fecha a la juventud migrante, la ONU estableció que si se suman las personas de entre 25 y 34 años que emigran cada año, la cifra anual de jóvenes migrantes internacionales asciende a 30 por ciento del total de los 214 millones de individuos que cada año abandonan sus países de origen. El secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, destacó la positiva contribución que realizan los jóvenes migrantes a las sociedades de origen, tránsito y destino, tanto económicamente como social y culturalmente. Resaltó además el aporte que estos jóvenes migrantes tienen al regresar a sus países de origen, al aplicar conocimientos especializados e ideas adquiridas en el extranjero. Y celebró que en muchos casos, la migración conlleva el empoderamiento de la mujer. En su mensaje para conmemorar la fecha, Ban advirtió sin embargo que los jóvenes migrantes se ven expuestos a una serie de riesgos tanto durante su tránsito a otro país como cuando se integran a las sociedades de destino. "Muchos jóvenes migrantes se enfrentan a amenazas similares o incluso peores (que en sus lugares de origen), como el racismo, la xenofobia, la discriminación y las violaciones de los derechos humanos. Las jóvenes, en particular, se exponen al riesgo de la explotación y abuso sexual", alertó. El titular de la ONU manifestó también que la pobreza, las condiciones de vida insalubres y marcadas por el hacinamiento, y la dificultad que supone encontrar un empleo digno son denominadores comunes de la experiencia de los migrantes. "Estos problemas se ven exacerbados por la actual crisis económica y financiera mundial. Además, las comunidades y los políticos a menudo acusan a los migrantes de quitarles el empleo a los trabajadores locales, con lo que los exponen a un mayor riesgo de discriminación", lamentó. Apuntó asimismo que los jóvenes cuyos padres emigran padecen problemas psicológicos y sociales y son más vulnerables. Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reportó que las diversas tendencias demográficas y la disparidad de ingresos acentúan las dinámicas migratorias, y que la presión será aún más fuerte si se mantienen las proyecciones actuales. Agregó que cuando se produce en condiciones de libertad, dignidad, igualdad y seguridad, la migración juvenil tiene potencial para impulsar el desarrollo económico y social de ambos países, el de origen y el de destino. Desafortunadamente, apuntó la OIT, muchos jóvenes migrantes se convierten en presa fácil y con frecuencia se ven abocados a trabajar en condiciones de explotación y de abuso, e incluso son víctimas del trabajo forzoso.