Agencias/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Tras los resultados de la consulta pública a la que convocó el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para saber el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), grupos ambientalistas, académicos e investigadores, pertenecientes a diversas instituciones, y habitantes de la región aseguraron que el proyecto del aeropuerto entre otras cosas representaba undaño almedio ambiente, sin embargo, aún la amenaza es latente ya que temen que gracias a un amparo, las obras continúen con “negociaciones en lo oscurito” que se interesan más por lo económico e incluso político, que por un deterioro ecológico que sería irreversible. Cabe señalar que, con la idea de crear unparque ecológicoque generaría empleos, preservaría especies, regeneraría el agua y le daría un nuevo respiro ambiental a todo el Valle deMéxico, más de 100 ejidatariosvendieronsus tierras imaginando que años después su patrimonio cultural ynatural estaríaasegurado. Alertaron del daño ecológico Pero el uso de sus tierras cambiaría de proyecto, pues ya no habría un parque ecológico, en su lugar se levantarían muros, vallas y pistas de aterrizaje. Los locales señalan que los fines de los terrenos comprados no fueron aclarados en su totalidad, y agregan que en continuas ocasiones se opusieron a estas obras porque más de un estudio hecho por expertos amenazaba con provocar daños ambientales irreversibles para toda la región, lo cual aún sigue siendo una amenaza, si no se frena la obra. Salvamento inicia en 1912 El plan Lago de Texcoco comenzó en 1912 cuando la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria declaró que el lago, situado entre el Distrito Federal y el Estado de México, era de jurisdicción federal. Hasta 1932 se continuaron las obras de desecación de la zona lacustre. Para 1965 los ingenierosmexicanos Nabor Carrillo y Gerardo Cruickshank comenzaron un proyecto para salvar el lago y resolver el problema de las inundaciones, abastecer de agua a la zona metropolitana, recargar los acuíferos y limpiar el aire. Más tarde un grupo de arquitectos, urbanistas, ingenieros, filósofos y biólogos mexicanos emprendieron Ciudad Futura, proyecto que crearía un enorme polo de desarrollo abarcando toda el área metropolitana y la zona centro del país para generar un sistema de lagos interconectados por infraestructuras urbanas. Para llevar a cabo el plan Lago de Texcoco la primera jugada sería la adquisición de predios. Por otra parte, la alta demanda que tenía el Aeropuerto Internacional de la Ciudad deMéxico (AICM) hacia los años 90 iba cada vez más en aumento, por eso durante el gobierno de Fox se optó por darle al entonces Distrito Federal una nueva puerta de acceso. El proyecto quedó al aire y gracias a presiones del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, se decidió que era mejor crear la Terminal 2 del Aeropuerto Benito Juárez, y así se hizo. Ciudad Futura no prosperó y se quedó en un ejercicio que demostraba que la zona lacustre de Texcoco podía ser rescatada. Hasta ese entonces el movimiento campesino había ganado. Todo marchaba bien hasta que en 2014 el presidente Enrique Peña Nieto anunció en su segundo informe de gobierno un nuevo proyecto. Se trataba de un aeropuerto grande que mejorara las carencias del viejo aeropuerto Benito Juárez. Pero para hacerlo necesitaba un espacio. Peña Nieto anunció que tenían terrenos federales refiriéndose a las mil 700 hectáreasque la Comisión General del Agua (Conagua) había adquirido años atrás para fortalecer la vocación reguladora del lago de Texcoco frente a la temporada de lluvias en el Valle de México. Pero José Luis Luege Tamargo, director del organismo administrativo, negó que se hubiesen comprado para construir un nuevo aeropuerto. Así se consolidó la alternativa de un segundo aeropuerto que estaría ubicado en los terrenos del lago seco de Texcoco (4 mil 430 hectáreas) en la zona Oriente de la CdMx y una parte del Estado de México. Se encuentra a 25 kilómetros del Centro de la CdMx, es decir, de 50 minutos a 1 hora de distancia con tráfico moderado. Científicos analizan la zona A través de un estudio hecho por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, en 2015 se denunciaron irregularidades de impacto ambiental que empiezan con el hundimiento del terreno a un ritmo acelerado de 21 a 30 centímetros por año, el desabastecimiento de agua por la urbanizaciónde la zona, la destrucción del hábitat y el daño a las tierras por los gases de efecto invernadero, señala estudio. El hundimiento de la obra Como respuesta a estas afectaciones, ambientalistas y antropólogos aseguranque la obra no teníamanera de sustentarse al ser construida sobre una superficie pantanosa. El espacio donde se pretendían construir las pistas era inviable. Y los comuneros de Texcoco y San Salvador Atenco, especialmente los municipios de San Martín de las Pirámides, San Juan Teotihuacán y Temascalapa se veían severamente afectados porque las obras del NAICM estaban destruyendo cerros y los sitios arqueológicos de la región. De acuerdo a reportes del Conacyt, la CdMx se hunde aproximadamente 10 centímetros al año, pero en la zonaOriente se hunde entre 30 y 40 cm debido a que hay mayor cantidad de arcilla en la tierra, además de los nueve ríos que atraviesan la zona. No olvides que en tu periódico La Voz de Michoacán podrás consultar más de este tema.