La conservación de cocodrilos en México tiene graves problemas y uno de ellos es la falta de recursos para la creación de programas, alertó el especialista del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, Alejandro Villegas Castillo. “A veces lleva tiempo conseguir financiamiento para desarrollar proyectos y mantener ecosistemas de poblaciones viables que permitan su adaptación”, señaló Villegas Castillo en un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Villegas Castillo explicó que al hablar de los paradigmas en la conservación de esos animales, el manejo de fauna silvestre es la ciencia y el arte de incidir y actuar para manipular la estructura, dinámica y relaciones entre poblaciones. En ese sentido, los cocodrilos desarrollaron un conjunto de rasgos que derivaron en su constante evolución durante millones de años. “Una alta supervivencia de pocos adultos y una alta mortalidad en jóvenes y huevos es lo que los caracteriza”, subrayó. Mencionó que la conservación es una rama de la biología compleja e interdisciplinaria, por lo que en el cambio evolutivo hay que mantener a las poblaciones y ecosistemas, de tal manera que permitan este progreso a través de los años para llegar a donde están. “En la naturaleza no hay equilibrios, simplemente son fracturaciones; por eso se ha registrado la evolución y las especies se han acomodado a las condiciones”, resaltó Villegas Castillo. Ante esta problemática, el especialista apuntó que incrementar el número de estos reptiles es importante, pero lo es aún más realizar mediciones de las perspectivas que tienen de sobrevivir en su hábitat. “Se reproducen una vez al año, ponen en promedio 45 o 50 huevos y, de todos ellos, sólo unos pocos llegan al estado reproductivo. Los esfuerzos de mantenerlos se enfrentan a muchas problemáticas y eso, evidentemente, tiene efectos sobre la calidad de los proyectos”, añadió. Su caza para la venta local y el ahogamiento con las redes de pesca es uno de los principales factores que impacta a las poblaciones. “Aunque esté penado atraparlos en el medio silvestre, la práctica continúa en comunidades rurales dentro y fuera de reservas”, indicó el experto en biología de la conservación. Por ello, sostuvo que para desarrollar programas eficaces y duraderos se necesitan herramientas encaminadas a resolver y fomentar la comprensión de las diferentes perspectivas de las personas involucradas y encontrar un terreno neutral. “Se han implementado estrategias, pero la que ha causado mayor impacto es el programa de incubación de huevos. Este proceso artificial a veces no es exitoso, por lo que los conservacionistas tratan de mitigar los efectos de la mortalidad inducida por el hombre o por causas naturales”, precisó. El investigador de la UNAM consideró que los paradigmas de su conservación no están claros en su totalidad, ya que no hay convergencia entre autoridades y comunidad científica, pues dijo que el gobierno y la academia están cada uno por su lado.