El cigarro electrónico es una puerta de entrada de los jóvenes sanos y no fumadores a la adicción a la nicotina, ya que quienes usan este producto tienen más riesgo de fumar cigarrillos convencionales, alertó la Secretaría de Salud federal. De acuerdo con una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de la dependencia, en más de 10 mil adolescentes con un promedio de edad de 12.4 años, el 51 por ciento de los jóvenes encuestados dijo conocerlo, aun cuando hay una prohibición total en México sobre su promoción y venta. El estudio se realizó en las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey para conocer qué información tienen los adolescentes sobre el tabaco, alcohol y otros productos, donde se detectó que el cigarro electrónico resalta por su impacto. El 20 por cierto de los jóvenes considera el cigarro electrónico menos dañino que el convencional, lo cual se refleja en sitios físicos y en Internet, donde se venden estos productos. Sin embargo, aún no hay información basada en evidencia científica en el mundo que permita afirmar que los cigarros electrónicos son menos dañinos que los convencionales, recordó la dependencia en un comunicado. En cuanto a su consumo, el 10 por ciento de los adolescentes encuestados indicó haber probado el cigarro electrónico y el cuatro por ciento reportó que no ha probado otros productos de tabaco como cigarros convencionales. La encuesta se realizó a jóvenes en general que son de menor edad a los usuarios de cigarros convencionales. En la misma investigación se detectó que los saborizantes en los cigarros convencionales atraen a los jóvenes no fumadores, pues el uso se sabores dulces se relaciona con el consumo de cigarros electrónicos entre los jóvenes. Además, el 40 por ciento de aquellos que usaron el cigarro electrónico reportaron haberlo probado con sabor frutal, en tanto que un 21 por ciento lo consumió sin sabor añadido y un 13 por ciento lo prefirió con mentol. Entre los factores que se relacionan con el consumo de un cigarro electrónico están el género masculino, tener algún familiar adicto a la nicotina, ser buscadores de sensaciones y la percepción de que es menos dañino que los convencionales.