Si bien los ciberataques financieros están creciendo cada vez más dejando pérdidas para los bancos en México por más de 100 millones de dólares anualmente por operaciones online, los gobiernos se han convertido en los principales "hackers" para elevar la recaudación de los impuestos, advirtió el presidente de la Fundación de Investigación del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), José Antonio Quesada. Al presentar la Ponencia IMEF 2015 “Hacia una nueva economía: un enfoque disruptivo en los negocios”, aseguró que actualmente en todo el mundo, los gobiernos son el “Big Brother”; el mayor vigilante porque les interesa ver a las empresas con fines recaudatorios. "El espionaje patrocinado por los gobiernos de los países está muy bien organizado e industrializado con una vasta cantidad de recursos a su disposición”, según se reconoce en la ponencia. Se destaca que los espías buscan mejorar las capacidades estratégicas de las naciones que los patrocinan proveyendo la información acerca de sus productos, planes y otros datos que pueden llevarlos a una ganancia o pérdida estratégica en el largo plazo. No obstante se pone énfasis en que el cibercrimen financiero (el robo de activos financieros a través de ciberataques) es la segunda fuente de pérdidas directas. Estos ataques pueden costar a las compañías atacadas más de 100 millones de dólares en costos de recuperación en grandes incidentes, aun cuando la cantidad obtenida por los cibercriminales es mucho menor. Tan sólo en México los bancos pierden hasta 93 millones de dólares cada año por medio del fraude en línea. "Cuando hackers roban los datos de tarjetas de crédito de millones de personas llaman inmediatamente la atención. Las leyes de protección de datos personales requieren que se reporte cuando la información personal ha sido comprometida”, se pondera en la ponencia. En Japón la Agencia Nacional de Policía estima que los bancos pierden alrededor de 110 millones de dólares anualmente. En 2013, el ataque a Target costó a los bancos más de 200 millones de dólares, sin considerar los costos incurridos por el minorista y sus clientes. Para el IMEF, los criminales cibernéticos cada día son más sofisticados, pacientes y con mayores recursos financieros, Advirtió que ya no se trata del hacker solitario si no del crimen organizado que prueba múltiples técnicas hasta penetrar la seguridad de las organizaciones que se han fijado como objetivo. Hay una evolución: las amenazas ahora son persistentes y avanzadas, alertó.