2 de octubre no se olvida: así fue la matanza de Tlatelolco en 1968

Esta tragedia se produjo en el marco de una serie de protestas y manifestaciones del movimiento estudiantil de 1968

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. La matanza de Tlatelolco fue una masacre perpetrada por el gobierno de México durante la represión desplegada contra miles de manifestantes reunidos en la Plaza de las Tres Culturas, en la Ciudad de México, el 2 de octubre de 1968.

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Esta tragedia se produjo en el marco de una serie de protestas y manifestaciones del movimiento estudiantil de 1968, que comenzaron en julio de aquel año y fueron protagonizadas por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional y otras instituciones educativas.

A las protestas pronto se integraron sectores docentes, obreros, profesionales e intelectuales de la Ciudad de México y otros estados. El movimiento reclamaba una mayor democratización de la vida política mexicana y cuestionaba el modelo autoritario de gobierno y la dependencia económica respecto a los capitales extranjeros, especialmente estadounidenses.

La matanza fue perpetrada por un grupo paramilitar bautizado como Batallón Olimpia, en conjunto con el Ejército Mexicano, la Policía Secreta y la Dirección Federal de Seguridad (DFS), y constituyó un evento representativo de las luchas reivindicativas en América Latina y el mundo que caracterizaron al año 1968, así como de las respuestas represivas de los gobiernos de la época.

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Antecedentes de la matanza de Tlatelolco

La matanza de Tlatelolco se produjo en el marco de una serie de protestas y movilizaciones que encabezó el estudiantado de la Universidad Nacional Autónoma de México y de otras instituciones educativas mexicanas desde julio de 1968.

Ya con anterioridad habían tenido lugar en México protestas y reclamos de estudiantes, trabajadores y profesionales que exigían mejoras laborales y salariales.

Uno de los movimientos más importantes fue una huelga de médicos entre 1964 y 1965, que cobró mucha importancia y fue finalmente reprimida por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, quien acababa de asumir la presidencia.

Este clima de movilizaciones se topó con la represión del gobierno del Partido Revolucionario Institucional desde hacía décadas, lo que a su vez alimentó el descontento.

Para algunos sectores medios urbanos, estudiantiles e intelectuales, el motivo del reclamo no era tanto económico sino político: en contra del autoritarismo y la represión, a favor de una democratización o de mayor participación política.

Foto: Hay películas y libros que recuerdan este importante hecho.

El movimiento estudiantil de 1968

El movimiento estudiantil mexicano se organizó como respuesta a los acontecimientos que tenían lugar en México a fines de la década de 1960. Sin embargo, también se inspiró en otras movilizaciones estudiantiles y sociales de países como Estados Unidos (contra la guerra de Vietnam y a favor de los derechos civiles) y Francia (contra el gobierno de Charles de Gaulle y los partidos políticos tradicionales).

El 22 de julio de 1968, un enfrentamiento entre estudiantes de dos planteles educativos de la Ciudad de México provocó la intervención del cuerpo de granaderos, que aplicó la fuerza de un modo desmedido. Los dos días siguientes las agresiones estudiantiles continuaron y los granaderos intervinieron con mayor represión: ingresaron en las instituciones educativas y agredieron a estudiantes y profesores.

La respuesta estudiantil fue la organización de una marcha contra la violencia policial para el 26 de julio, integrada principalmente por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional y a la que se sumaron militantes del Partido Comunista Mexicano.

La represión del 26 de julio de 1968

El 26 de julio de 1968, miles de estudiantes marcharon hacia el Zócalo para manifestarse contra la violencia policial. Antes de llegar a la plaza, el cuerpo de granaderos embistió contra ellos, provocó su dispersión y dejó un saldo de alrededor de 500 heridos y varios detenidos.

Los días siguientes se sucedieron episodios de violencia y el ejército ocupó los edificios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Mientras tanto, se conformó un Consejo Nacional de Huelga, integrado por estudiantes de la UNAM, el IPN y universidades de otras ciudades.

Durante agosto y septiembre se realizaron mítines y marchas, algunas de estas multitudinarias y con el apoyo de obreros, profesionales, docentes e intelectuales. También tuvieron lugar enfrentamientos entre granaderos y estudiantes. La represión hizo que el movimiento declinara a fines de septiembre. El 1 de octubre, el gobierno retiró al ejército de las instalaciones educativas que había ocupado.

El mitin estudiantil

El 12 de octubre de 1968 debían comenzar los Juegos Olímpicos que se celebrarían en la Ciudad de México, por lo que el gobierno mexicano presidido por Gustavo Díaz Ordaz estaba interesado en aplacar al movimiento estudiantil antes de esa fecha.

El miércoles 2 de octubre, un día después de que el ejército abandonara las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, se celebró una reunión del movimiento estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco (Ciudad de México), convocada por el Consejo Nacional de Huelga.

La reunión convocó a miles de personas y era vigilada por el ejército, que rodeaba la plaza. Allí se consensuaron algunas demandas que ya habían sido formuladas en agosto, como la libertad de presos políticos, la desaparición del cuerpo de granaderos o la indemnización de víctimas de la represión.

Minutos antes de las seis de la tarde, un helicóptero lanzó unas bengalas y al rato comenzó un tiroteo. No se sabe bien de dónde surgieron los primeros disparos, pero las consecuencias fueron más disparos, golpes, persecuciones y un importante saldo de muertos, heridos y detenidos.

La matanza del 2 de octubre de 1968

Según algunos testimonios, en el edificio Chihuahua, donde se hallaban los voceros del movimiento estudiantil y numerosos periodistas, se infiltraron miembros del Batallón Olimpia, un grupo paramilitar del gobierno mexicano.

De acuerdo con esta versión, luego de recibir una señal en la forma de una bengala lanzada por un helicóptero, estos abrieron fuego contra la multitud y contra el Ejército Mexicano que resguardaba el orden público alrededor de la protesta, lo que provocó como respuesta que los soldados dispararan contra el edificio. Agentes policiales infiltrados entre la multitud, identificados entre sí por llevar un guante o pañuelo blanco en la mano, procedieron a golpear y someter estudiantes.

El ejército persiguió a los manifestantes incluso dentro de los edificios aledaños, donde ingresaban para protegerse del tiroteo, aunque no contaba con una orden judicial que avalara legalmente su conducta. Horas después, la plaza quedó llena de cadáveres y muchos estudiantes fueron reunidos a la fuerza junto al edificio Chihuahua o en las afueras de un convento, donde fueron obligados a desvestirse.

A algunos periodistas se les confiscaron sus rollos fotográficos o filmaciones. Los detenidos fueron encarcelados y algunos fueron enviados al Campo Militar Número Uno, mientras que los tanques se quedaron patrullando el área en la que se había consumado la masacre.

El número de muertos en Tlatelolco

Algunas versiones aseveran que la cifra de muertos osciló entre 200 y 300 personas.

Hasta el día de hoy, no se sabe la cifra exacta de muertos en la matanza de Tlatelolco. La versión oficial del gobierno anunció poco menos de 30 fallecidos. Sin embargo, en una de las entrevistas realizadas por la escritora mexicana Elena Poniatowska a los testigos de la masacre, una madre que hurgó entre los cadáveres buscando a su hijo reveló que había contado más de 65 cuerpos.

Otras versiones aseveran que la cifra oscila entre 200 y 300 personas asesinadas, como concluyó en su momento el corresponsal inglés John Rodda, quien contabilizó testimonios sobre los hechos de la plaza y sobre los heridos graves llevados a los hospitales. Otros afirman que fueron más de mil.

La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, en un informe divulgado en 2006, consignó alrededor de 350 muertos. Algunos testigos afirmaron que los cuerpos eran retirados en camiones de recolección de basura.

Los heridos se calcularon en más de mil, del mismo modo que los detenidos. Algunos cálculos estiman que solo en el Campo Militar Número Uno llegó a haber casi 2 mil detenidos.

La implicación de la CIA

En octubre de 2003 se publicó un informe que dio a conocer documentos desclasificados de organismos estadounidenses como la CIA, el Departamento de Estado, el Pentágono, el FBI y la Casa Blanca. Estos documentos revelaron la intervención de la CIA (servicio de inteligencia exterior estadounidense) y el Pentágono en la vigilancia y represión del movimiento estudiantil mexicano de 1968.

La CIA realizó informes sobre la organización estudiantil y el accionar del gobierno durante los meses que duró el conflicto, mientras que el Pentágono envió armas, municiones y equipos de radio solicitados por el gobierno mexicano para controlar al movimiento y evitar disturbios durante los Juegos Olímpicos.

El gobierno mexicano además creía que el movimiento estudiantil podía ser el germen de una agitación comunista, lo que también preocupaba a las agencias estadounidenses que estaban en plena Guerra Fría. Por esta razón, los informes de la CIA se enfocaron principalmente en estudiantes y profesores de izquierda, especialmente aquellos vinculados con el Partido Comunista. La red de espías estadounidenses en México recibió el nombre en código LITEMPO.

La responsabilidad y la justicia por la matanza

En 1998, el gobierno autorizó al Congreso abrir una investigación sobre los hechos del 2 de octubre de 1968. Sin embargo, fue con el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) que se impulsó la investigación, se liberaron algunos documentos y se creó la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado con el objetivo de revelar la verdad en torno a crímenes cometidos por fuerzas de seguridad en las décadas pasadas.

Hoy en día se reconoce como perpetradores de la masacre al Ejército mexicano, la policía secreta y los paramilitares del Batallón Olimpia. También se señaló como responsables al entonces presidente de la república, Gustavo Díaz Ordaz, y al secretario de Gobernación y sucesor en la presidencia, Luis Echeverría Álvarez, a quien se lo acusó en 2006 de genocidio por su presunta participación en la matanza de Tlatelolco y por otros hechos delictivos durante su mandato. De todos modos, fue absuelto en 2009 por falta de pruebas.

En 2018, en el marco de la conmemoración por los 50 años de la masacre, una comisión gubernamental reconoció por primera vez que se trató de un crimen de Estado.

Foto: Twitter. Movimiento estudiantil y la matanza de sus participantes por parte del Gobierno marcó la historia de México.

Consecuencias de Tlatelolco

La masacre de Tlatelolco le puso fin al conflicto estudiantil y no impidió el desarrollo sin altercados de los Juegos Olímpicos, entre el 12 y el 27 de octubre. En diciembre, el Consejo Nacional de Huelga se disolvió. Sin embargo, lo que sucedió en la Plaza de las Tres Culturas tuvo efectos importantes y duraderos en la sociedad mexicana.

La principal consecuencia de la matanza fue la formación de una actitud crítica de la sociedad civil respecto a los poderes democráticos de gobierno. Aunque durante la presidencia de Díaz Ordaz se vivieron años de crecimiento económico, la tensión entre el partido gobernante y diversos sectores sociales se incrementó.

Algunos grupos se radicalizaron, por ejemplo en las universidades públicas, y ello condujo en algunos casos a la formación de nuevas organizaciones guerrilleras, que actuaron durante el período de conflicto armado y represión política conocido habitualmente en México como “Guerra Sucia”.

Por otro lado, la masacre propició el crecimiento de la protesta ciudadana, obligó al gobierno de Díaz Ordaz a tomar medidas sociales y a conceder el voto a todos los mayores de 18 años (hasta entonces, solo los solteros mayores de 21 y los casados mayores de 18 podían votar), y socavó progresivamente el monopolio político del Partido Revolucionario Institucional.

La conmemoración

En la actualidad, la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco contiene una placa que recuerda los nombres de 20 de las personas asesinadas en 1968.

Desde 2011, por decisión de la Cámara de Diputados, el 2 de octubre se conmemora en México la masacre a través de un duelo nacional, en memoria de los caídos y como fecha de repudio nacional a la violencia.

Por esta razón, cada 2 de octubre las banderas de edificios públicos deben ser izadas a media asta. En 2018, a cincuenta años de la masacre, se inscribió en el muro de honor del salón de sesiones de la Cámara de Diputados: “Al movimiento estudiantil de 1968”.

Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán.

La Matanza de Tlatelolco en la literatura

El movimiento estudiantil y la Matanza de Tlatelolco de 1968 fueron representados en crónicas y obras de ficción por numerosos escritores, tanto mexicanos como de otros países. Algunos de ellos son: Elena Poniatowska, Roberto Bolaño, Fernando del Paso, Luis González de Alba, Antonio Velasco Piña, Luis Spota, Oriana Fallaci, Leopoldo Ayala, Jorge Volpi, entre otros.