"La caja", el libro sobre el secuestro de 290 días, del empresario Alberto de la Fuente

Consciente de que tenía que seguir vivo, decidió no hacer ninguna huelga de hambre ni enfrentarse a sus captores.

Alberto de la Fuente y de la Concha, víctima de uno de los secuestros más largos.

EFE / La Voz de Michoacán

"La fe, el ejercicio y no hacer huelga de hambre" fueron los tres mandamientos que siguió Alberto De la Fuente, un empresario mexicano que pasó 290 días secuestrado en un espacio de tres metros cuadrados.

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De la Fuente, secuestrado en 2016 en México, presentó esta semana en España su libro "La caja, crónica de un secuestro de 290 días", y cuenta en una entrevista con EFE cómo después del cautiverio tiene claro "que la vida hay que disfrutarla".

El suyo fue un secuestro por motivos monetarios dirigido "por una de las bandas más profesionales y sofisticadas", cuenta el empresario, quien no mantuvo ningún tipo de comunicación con sus captores porque estos solo entraban a dejarle comida, momento en que él debía ponerse una capucha y permanecer en silencio.

"Lo más duro del encierro fue el infierno que se desató en mi cabeza, los pensamientos de que me van a matar, me van a mutilar, no voy a volver a ver a mis hijos, a mi esposa...", rememora.

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Después de este episodio, el empresario mexicano aprovechó los meses de encierro de la pandemia para plasmar este suceso en un texto: "para que mis hijos lo puedan leer cuando tengan edad suficiente para entender lo incomprensible".

En México se produce una media de cuatro secuestros al día, según la asociación civil Alto al Secuestro.

290 DÍAS EN 3 METROS CUADRADOS

De la Fuente recuerda con detalle cómo pasó los casi diez meses de su cautiverio "en una caja de dos metros por un metro y medio".

Para sobrevivir "a la incertidumbre" de si saldría con vida o no, decidió "agarrar la mano de Dios" y "reconstruir" su fe: "pude enfadarme con Dios por haberme hecho algo así, pero supe que era producto del libre albedrío del ser humano".

Además, para sobrellevar el paso del tiempo en soledad y en esas condiciones, decidió "hacer ejercicio", a pesar del tamaño de la celda. "Pensé que lo más inteligente era hacer ejercicio ahí dentro, con voluntad y mucha imaginación, comencé a caminar como león enjaulado por esa diminuta celda, al principio caminaba una o dos horas y al final hacía más de nueve al día", manifiesta.

Según sus cálculos, anduvo "2.500 kilómetros"; "el ejercicio hacía que las horas fueran menos tediosas, que me cansara, que me generara endorfinas, me sirvió muchísimo".

Consciente de que tenía que seguir vivo, decidió no hacer ninguna huelga de hambre ni enfrentarse a sus captores. "Decidí comerme todo lo que me daban, sabía que era mi gasolina y que no debía despreciarla, al principio eran tres platos al día y al final uno de alubias para toda la jornada", apunta.

UN LIBRO "DE SUPERACIÓN Y AUTOAYUDA"

Para De la Fuente, el libro presentado en España es "difícil de catalogar", es un "testimonio autobiográfico de un evento muy escabroso y horrible".

"Podría entrar en el género de misterio o policial, pero es un libro de autoayuda y de superación personal a la vez".

En esa línea, cree que "si fuera ficción, podría encajar en una novela de suspense, pero es la vida real, creo que merece la pena ser compartido porque habrá lectores que les servirá como herramienta de vida, porque es un manual para confiar en la vida". Y es que, a pesar de haber sufrido una experiencia tan traumática, el empresario mexicano da gracias a la vida por haberle permitido superar este trance: "Me lo hubiera ahorrado, pero me ha dado una forma peculiar de ver la vida y me queda claro que hay que disfrutarla".