Agapita Montes, madre del michoacano asesinado por la Policía en Washington, Estados Unidos, arribó a la ciudad de Tijuana en busca de una visa humanitaria. Sin embargo llegó sola, sin ningún representante del Gobierno Federal, incluso tomó un taxi y confundida preguntó dónde estaba la Garita Internacional de San Ysidro. Agapita, una mujer mayor de surcos en el rostro y piel color chocolate, llegó de Colima a las 8:45 horas de Tijuana, acompañada de un joven que aseguró es abogado enviado por parte del pequeño municipio de Aquila en Michoacán. Espera, dice la mujer, pero no tiene certeza que le otorguen el permiso humanitario para traer los restos de su hijo asesinado en Pasco, Antonio Zambrano Montes, otra muerte más de un mexicano inmigrante en Estados Unidos. Posteriormente se dirigió en un taxi al cruce internacional donde espera que algún representante del Gobierno la apoye, porque a su llegada nadie la recibió y desconocen que sucederá. "Yo sólo quiero que se haga justicia, no sé ni qué decirte. Sólo quiero traer los restos de mi hijo", llora la señora Agapita pero ahoga el llanto para dar paso a la indignación. "Quiero traer a mi hijo".
La Voz de Michoacán
