México confirma existencia de palacio maya en Yucatán

Se ha localizado un palacio en la Zona Arqueológica de Kulubá, en Yucatán; voluminosa construcción cuyos vestigios materiales apuntan a dos fases de ocupación: periodo Clásico Tardío (600–900 d. C.) y Clásico Terminal (850–1050 d. C.).

Foto: Cortesía. Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explora y consolida el llamado Grupo C del asentamiento.

Ciudad de México. Arqueólogos mexicanos confirmaron la existencia de un nuevo palacio en la zona de Kulubá, en la península de Yucatán, al sureste del país, que creen estuvo ocupado entre el siglo VI y el siglo XI.

Según explicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia en un comunicado esta semana, se supo que se trataba de este tipo de construcción cuando se liberó y reconoció el basamento, las escalinatas, y una crujía con pilastras en la parte superior, que habría sido usada por la élite del lugar.

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El palacio tiene 55 metros de largo por 15 de ancho y 6 de altura. Según materiales encontrados, los arqueólogos estiman que tuvo dos fases de ocupación: una en el periodo Clásico Tardío (600–900 d. C.) y otra en el Clásico Terminal (850–1050 d. C.).

La zona arqueológica de Kulubá está a unos 130 kilómetros al este de Chichén Itzá, la gran ciudad maya de la región que aparentemente extendió su influencia sobre ese enclave, donde se encontró el mismo tipo de cerámica y obsidiana.

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Es uno de los últimos reductos de selva media de su municipio y cuenta con monos araña y otras especies de flora y fauna que se intentan preservar.

En Kulubá ya se habían ubicado otros dos palacios: uno de piso estucado que, a su vez, tenía esgrafiado un ‘patolli’, un juego de mesa prehispánico ampliamente difundido en Mesoamérica, y otro con forma de T cuya característica más notoria es que sus fachadas tienen decoraciones de piedras labradas y recubiertas de una capa de estuco que asemejan letras 'u'.

Durante el actual periodo de excavaciones se extrajo también un entierro secundario –es decir, que fue depositado allí tras haber sido extraído de su sitio original– con varios individuos que, una vez analizados podrían dar información de los hábitos de los mayas en ese momento.

Los expertos exploran y consolidan a la vez otras estructuras que creen pueden ser espacios de uso habitacional y una construcción redonda que, se cree, era un horno.