México, la ONU y la despenalización de drogas

Redacción/ La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Muchas son las esperanzas de cambio con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder dentro del país norteamericano conocido como México. Tras romper el dominio de los conocidos PRI y PRD como dominadores absolutos del más alto cargo de la nación el ahora nuevo presidente electo que ejercerá funciones desde el último mes de este año se prepara para tomar las riendas de un país que hoy se encuentra lleno de debate por lo que muchas de las nuevas políticas que quiere implementar este gobierno se refiere.

La idea de reducir el sueldo de los funcionarios así como la del propio presidente en un claro gesto de austeridad ha tomado a muchos partidarios del ahora Jefe de Estado con gran simpatía. De la misma manera, el que AMLO asegurara la creación de una reforma constitucional para que los presidentes de la nación puedan ser juzgados por corrupción y cualquier otro acto ilícito también es tomado con gran aceptación por parte de los seguidores de este líder reconocido de la izquierda latinoamericana.

La situación se va poniendo más tensa e incómoda cuando vamos a los intérpretes del nuevo poder Ejecutivo y los debates sobre las posibles soluciones a aplicar para disminuir los problemas más graves del país como es la violencia generalizada (más de 25 mil muertos en el año), el narcotráfico y la inseguridad en general.  Aquí es donde toma participación la nueva Secretaria de la Gobernación conocida como Olga Sánchez Cordero, quien ha manifestado la intención de ir a la misma ONU para intentar cambiar la visión de la lucha contra las drogas a nivel mundial. La razón principal: abogar por la despenalización de drogas como la marihuana como un elemento para la lucha contra el tráfico de drogas  y la violencia acontecida en el país latinoamericano.

Por supuesto, este debate que quiere llevarse a instancias internacionales por parte de la jurista no será tomado sin una gran polémica de fondo, pues la lucha contra las drogas y legalidad de la misma va contra todo esfuerzo generado por la Organización de Naciones Unidas contra estos estupefacientes en los últimos años, haciendo que la pauta ya sea tomada para algunos expertos analistas como “inviable” o “sin fundamentos lógicos”.

Lo que no hay duda es que para la nación o por lo menos para los nuevos dirigentes de la misma es que quieren abogar por una política muy distinta sobre las ya conocidas para la lucha contra estos males en su territorio, asegurando que de poder controlar el uso de la marihuana se reducirán en un corto plazo los niveles de violencia en los estados más peligrosos así como la pérdida total del mercado por parte del narcotráfico con esta transición a los mercados oficiales que tendrá una iniciativa de uso de carácter médico.

Este es el primer panorama de una nueva nación que va encaminada por un rumbo totalmente distinto al visto por los gobiernos anteriores, fijando nuevas posturas y seguramente siendo partícipe de muchos diálogos con países que no comparten sus visiones.