Notimex/La Voz de Michoacán Ciudad de México. El origen de los nacimientos, pesebres o belenes, una tradición ancestral para la celebración de las fiestas decembrinas proviene desde el siglo V d.C. ya que el Papa San Sixto III celebraba la Navidad con representaciones del nacimiento de Cristo en una gruta similar a la de Belén que él mismo mandó construir en una iglesia. Sin embargo, se considera como creador de estas representaciones a San Francisco de Asís cuyo nombre era Giovanni Bernadote, un fraile italiano de los siglos XII y XIII, fundador de la Orden Franciscana junto a Santa Clara de Asís, de la Orden de las Hermanas Clarisas. De acuerdo con la página oficial de Turismo de Francia, en el año 1223, el religioso festejó este hecho, para que todos pudieran comprender las condiciones en que sucedió. Fue así que en Greccio, un pueblito de Italia vecinos se reunieron para representar el nacimiento de Jesucristo. Debido al frío, la única figura no humana era la de Jesús. Bernadote, quien estaba pobremente vestido se aproximó a la imagen y la besó en los pies. Según la leyenda, la imagen extendió los brazos y le sonrió. Para recordar ese hecho milagroso, los franciscanos siguieron haciendo escenificaciones que fueron el origen de la tradición de los Nacimientos. Posteriormente, ante la falta de espacio se sustituyó a las personas y a los animales con figuras de madera o de barro, tradición que se extendió al mundo católico desde el siglo XVI en diversos países. En España fue el rey Carlos III quién introdujo la moda de los belenes, que más tarde se extendería por toda Europa durante los siglos XVII y XVIII. En Francia, durante el reinado de Luis XIV fueron abundantes los nacimientos que fabricaban los Carmelitas de Arlés y los Cartujos de Avignon. En la actualidad, en el país galo, el pesebre, llamado “crèche” sigue siendo una tradición. Se coloca desde principios de diciembre y la familia y los amigos se reúnen alrededor del nacimiento para orar y cantar. En el norte de Francia cada miembro de la familia se representa en una figura que se pone en el pesebre. Cada noche se hace una ronda de consultas para elegir a quien enviar a la gruta en la que nació el niño Jesús. Mientras que en el sur, en la Provenza son muy comunes las figuritas de arcilla para adornar el pesebre que se conocen por el nombre de santons, que en provenzal quiere decir santos. Según Universia, portal de las Universidades, al llegar los conquistadores a la Nueva España, uno de sus principales objetivos fue imponer su religión para así “civilizar” a los habitantes autóctonos de la región. Para ello hallaron que la mejor estrategia para lograrlo era conjugar sus tradiciones con las propias de las culturas indígenas. “En Navidad se celebra que Dios –en Jesús– asume la condición humana con todo lo que ésta implica: historicidad, complejidad, conflictos, emociones y toma de decisiones”, señaló Arturo Navarro, académico del Centro Universitario Ignaciano (CUI) del ITESO. La representación del nacimiento es tal vez una de las tradiciones más antiguas del mundo en lo que se refiere a Navidad, la cual, junto con las posadas, la cena, la misa de Gallo forman parte de la liturgia católica. La virgen María, San José, los Reyes Magos, la estrella de Belén, el ángel, pastores, señoras, viejitos, niños y animales como elefantes, camellos, vacas, borregos, mulas, peces, patos, pollos, por mencionar algunos son personajes que lo integran, además de árboles, plantas, cascadas, puentes, lagos y ornatos navideños como luces de colores que también ponen en diversos países católicos. En México esta costumbre destaca por la elaboración artesanal que cada región le da, incluso para muchos son inigualables las obras de arte que pueden presentarse en gran variedad de tamaños y técnicas. Bellos nacimientos artesanales se elaboran en: Tzitzuntzan en Michoacán; Metepec, en el Estado de México; Ameyaltepec y Tolimán, en Guerrero y Tlaquepaque en Jalisco, así como en otras localidades mexicanas. Muchas familias de estas comunidades siguen la tradición de hacer figuras para nacimientos e incluso pequeños pesebres, mismas familias de artesanos que han hecho de esa costumbre un medio de subsistencia. Elaborados en madera, barro, cerámica y otros materiales, los nacimientos mexicanos se caracterizan por tener un toque pintoresco y artesanal, en ellos, con frecuencia pueden hallarse elementos particulares de la cultura indígena mexicana. En la representación del pesebre además se incluyen musgo, paja, heno para ambientar el pequeño establo y figuras de animales como xoloitzcuintles y guajolotes, así como magueyes y nopales, un reflejo de la historia, identidad y cultura de cada pueblo.