Ciudad de México.- México atraviesa por la más grave crisis en cuanto a la violación de los derechos humanos y las garantías individuales se refiere, destacó Raúl Morón, quien explicó que el respeto y protección de los derechos humanos de ninguna manera se contrapone a la aplicación de la ley, por el contrario, es precisamente que vayan de la mano, porque no habrá ni justicia ni seguridad sin respeto pleno a los derechos humanos. En el marco del aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el país exhibe un panorama desolador en la violación a las garantías individuales, advirtió. Por ello, destacó que ante la crisis de violación de los derechos humanos en el país, el Senado debe analizar detalladamente las propuestas que envíe el titular del Ejecutivo federal, pues aunque pretenden responder a una situación de emergencia, no contemplan que una de las causas de la misma es la ausencia del Estado para garantizar el cumplimiento irrestricto de la ley. Raúl Morón explicó que esta situación la padecen mexicanas y mexicanos a lo largo y ancho del país todos los días, los abundantes vídeos que circulan en redes sociales son prueba de ello, y la constantes es el abuso de autoridad y prepotencia de policías municipales, estatales y federales realizando detenciones ilegales para extorsionar u obtener confesiones mediante actos de tortura. La propuesta presidencial en materia de Estado de Derecho, conocida como el Decálogo, no reconoce, abundó el senador del PRD, que ha faltado voluntad política para que en el Congreso de la Unión se aprueben iniciativas en materia de desaparición forzada y tortura que la realidad hoy confirma su importancia en el combate y erradicación de esos delitos. Dijo que para garantizar la justicia y la seguridad de las personas, incondicionalmente deben respetarse los derechos humanos, esto es, la aplicación de la ley sin distingo alguno, “si no se cumple con esta condición cualquier noción de justicia, verdad y Estado de derecho, será ficticia, propia del autoritarismo”, agregó.