El presidente del SNTE, Juan Díaz de la Torre, sostuvo que la reforma educativa se encuentra “en el centro mismo de las estrategias y de las prioridades nacionales” y destacó la importancia de la calidad en la educación. Expuso que la educación pública de calidad es el medio “más potente” para hacer frente a la desigualdad, para que hombres y mujeres puedan ampliar sus posibilidades de desarrollo, tener un empleo digno, salarios “decentes” y mejorar las condiciones de vida de sus familias. En el Coloquio Internacional por la Educación Pública que inauguró el titular del ramo, Aurelio Nuño, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) dijo que en México, como en otras latitudes, tienen lugar trascendentales reformas de orden político, económico y social. Indicó que el objetivo de las mismas es transitar hacia un futuro más próspero, y “dentro de todas ellas la educativa está en el centro mismo de las estrategias y de las prioridades nacionales, en una palabra: transformación”. Hizo notar que con una educación pública fuerte “no sólo podemos contener la pobreza que impacta en muchos países y regiones del mundo, sino que es posible revertirla y evita que se siga transmitiendo de generación en generación, como si fuera una condición ya natural”. Señaló que es en la educación donde se encuentra la puerta de salida de la marginación para cientos de millones de seres humanos en el mundo, hacia un área de alternativas para una vida digna y plena. “Por eso es que la educación, además del imperativo de la calidad, también debe ser equitativa, para que toda la población, independientemente de su condición social, económica, étnica o geográfica, tenga la garantía de beneficiarse de ella y de las oportunidades que trae consigo”, apuntó. Sostuvo que “evidentemente” la educación de calidad con equidad es condición para un crecimiento económico más sólido, sostenible, justo “y sobre todo de largo plazo que nos saque de la coyuntura”. Aseguró que en esta educación está “la clave” para consolidar la vida democrática, porque a través de ella se promueven y afianzan los valores de la democracia, de la convivencia social armónica, la paz, el respeto a los derechos humanos, al Estado de Derecho y a la legalidad de la transparencia y de la rendición de cuentas. Díaz de la Torre enfatizó que por todo ello la educación pública está llamada a ser la plataforma más importante para el desarrollo integral y de prosperidad de las naciones y, desde luego, la base más sólida para consolidar las democracias. Comentó que un factor central en esta visión es el papel que juegan los trabajadores de la educación y sus organizaciones gremiales, pues por su historia, sensibilidad, vocación social y el desempeño de su profesión los docentes son un actor fundamental para la reforma y el fortalecimiento de la escuela pública. En la mayoría de los países, planteó, los docentes han sido pilar del desarrollo educativo, pues en unos casos han sostenido la operación de la educación en condiciones y contextos de pobreza, atraso y desigualdad; y en otros han sido los protagonistas centrales de la construcción de sociedades desarrolladas. “Todos por igual, en uno o en otro extremo, comparten un compromiso irreductible con sus pueblos; México y sus maestros en eso estamos comprometidos”, añadió. Destacó que todas las reformas educativas que han sido exitosas a nivel mundial lo fueron tanto por la determinación de los gobiernos que la promovieron como por la participación, corresponsabilidad y compromiso con el que fueron asumidas por los trabajadores de la educación. Definió que elevar la calidad de la educación implica contar con mejores maestros, efectivamente, pero requiere también recuperar el prestigio y el reconocimiento social de los mismos. “Por eso nuestro sindicato trabaja, para que la sociedad valore, respete y reconozca la entrega y el compromiso de sus maestras y sus maestros”, puntualizó el líder del magisterio.