Jorge Ávila / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Hoy 28 de octubre , los devotos festejan al santo patrono de las causas difíciles, San Judas Tadeo, venerado por todo tipo de personas, pero sobre todo por comerciantes y dueños de negocios, quienes confían en él para tener buenas ventas o bien le piden ese milagro que están esperando ante las tribulaciones de la vida. A diferencia del año pasado, en que todo festejo religioso se vio obstaculizado por las restricciones sanitarias a que la pandemia obligó, ahora sí, los devotos de este santo acudieron a las parroquias o en sus negocios lo festejaron. Aunque en las parroquias se dedica la oración a San Judas Tadeo cada 28 del mes, el 28 de octubre es importante porque hoy se recuerda el asesinato de este santo junto a San Simón (que también se venera en esta fecha). En distintas parroquias de la capital, desde la madrugada de este jueves comenzaron a tronar los cuetes, y temprano por la mañana, "Las mañanitas" con banda de viento se hicieron escuchar. En la colonia Colinas del Sur, en Morelia, donde se erige una parroquia dedicada a San Judas Tadeo, cientos de familias se dieron cita para venerar a su santo patrono. Ataviados con los colores verde y blanco que caracterizan las ropas del santo, niños, hombres y mujeres de todas las edades acudieron, siempre cuidando las medidas sanitarias, como la sana distancia y el uso permanente de cubrebocas. Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez.Foto, Víctor Ramírez. Un santo y mártir magnánimo La tradición católica llama a este apóstol Judas Tadeo. Los evangelistas San Mateo y San Marcos lo nombran simplemente “Tadeo” (Mt 10, 3; Mc 3, 18) y Lucas lo denomina “Judas de Santiago” (Lc 6, 16; Hch 1, 13). Judas significa “alabanzas sean dadas a Dios”. No se sabe exactamente de dónde proviene el sobrenombre Tadeo y se considera que viene del arameo “taddà'”, que quiere decir “pecho”, y por lo tanto significaría “magnánimo”. O tal vez surgió de la abreviación de un nombre griego como “Teodoro, Teódoto”. Hay quienes afirman que San Judas Tadeo era hermano del Apóstol Santiago, el hijo de Alfeo (Cleofás), quien era hermano del justo San José. Según sostiene un documento publicado por la Congregación para el Clero, Cleofás se casó con María de Cleofás, después de enviudar de su primer matrimonio del que nació San Judas Tadeo. Esta otra María es la “hermana” de la Virgen María, que estaba al pie de la cruz (Jn. 19,25). Por lo tanto, Santiago el Menor y Judas serían primos de Jesús y sobrinos de San José y la Santísima Virgen. Sin embargo, no se ha logrado especificar si María de Cleofás era “hermana” de sangre de la Virgen María o sólo su cuñada, porque en ese tiempo se llamaba “hermanos” a los parientes en general. Se suele representar a San Judas Tadeo con un medallón en el pecho que tiene el rostro de Cristo. Se debe al parecido no sólo físico, sino también espiritual del popular santo con Jesús. Además, lleva una llama de fuego en la cabeza porque recibió al Espíritu Santo en Pentecostés. Otros artistas lo muestran portando una Biblia, en referencia al libro que lleva su nombre. En su mano sostiene un hacha, que hace mención a su martirio, o un bastón, como símbolo de las grandes distancias que recorrió mientras predicaba. San Judas Tadeo predicó primero en Judea, luego pasó a Mesopotamia y finalmente en Persia. Allí se reunió con el apóstol San Simón y juntos combatieron las herejías de Zaroes y Arfexat, dos sacerdotes paganos que levantaron al pueblo contra las obras de los apóstoles. Ambos recibieron juntos la corona del martirio y por eso la Iglesia los celebra el mismo día. Sus reliquias se encuentran en un altar de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. San Simón y San Judas Tadeo. Narra la historia que Judas Tadeo y Simón buscaron alojamiento en casa de un discípulo llamado Semme. A la mañana siguiente, los sacerdotes idólatras y una gran multitud rodearon la casa y exigieron a Semme que les entregara a los apóstoles o quemarían la casa. Los santos se entregaron, pero sus captores no pudieron hacer que adoraran a sus ídolos. Antes de morir, San Judas miró a San Simón y le dijo que veía al Señor que los llamaba hacia Él. Según la antigua tradición, a San Simón lo mataron cortando su cuerpo en dos y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha. Patrono de las causas imposibles Santa Brígida de Suecia, mística y patrona de Europa, escribió que un día Jesús le recomendó que cuando quisiera obtener ciertos favores, los pidiera por medio de San Judas Tadeo. Por esta razón es considerado patrono de las causas imposibles y comparte este patronazgo con Santa Rita de Cascia. La Epístola o Carta de Judas forma parte del Nuevo Testamento y es atribuida a San Judas Tadeo. Fue escrita en griego entre los años 62 y 65, antes de la caída de Jerusalén. La escribe un Judas, hermano de Santiago, y no está dirigida a ninguna persona, ni Iglesia en particular. En ella se reprende a los falsos maestros y se hace una invitación a mantener la pureza de la fe. La carta termina con una bella oración (25) que dice: “Al único Dios que es nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, el honor, la fuerza y el poder, desde antes de todos los tiempos, ahora y para siempre. Amén”. Foto, Christian Hernández.Foto, Christian Hernández.Foto, Christian Hernández.Foto, Christian Hernández.Foto, Christian Hernández.Foto, Christian Hernández.Foto, Christian Hernández. Si desea consagrarse a San Judas Tadeo, puede hacerlo con esta oración: Consagración a San Judas Tadeo San Judas, Apóstol de Cristo y Mártir glorioso, deseo honrarte con especial devoción. Te acojo como mi patrón y protector. Te encomiendo mi alma y mi cuerpo, todos mis intereses espirituales y temporales y asimismo los de mi familia. Te consagro mi mente para que en todo proceda a la luz de la fe; mi corazón para que lo guardes puro y lleno de amor a Jesús y María; mi voluntad para que, como la tuya, esté siempre unida a la voluntad de Dios. Te suplico me ayudes a dominar mis malas inclinaciones y tentaciones evitando todas las ocasiones de pecado. Obtenme la gracia de no ofender a Dios jamás, de cumplir fielmente con todas las obligaciones de mi estado de vida y practicar las virtudes necesarias para salvarme. Ruega por mi Santo Patrón y auxilio mío, para que, inspirado con tu ejemplo y asistido por tu intercesión, pueda llevar una vida santa, tener una muerte dichosa y alcanzar la gloria del Cielo donde se ama y da gracias a Dios eternamente. Foto, Víctor Ramírez.