Arved Alcántara / La Voz de Michoacán En México, tres de cada diez personas padecen algún trastorno mental a lo largo de su vida y más del 60% de quienes lo sufren no reciben el tratamiento adecuado. Los trastornos mentales son comunes en todo el mundo y su prevalencia varía según el sexo y la edad. Entre los más frecuentes se encuentran los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos, afectando tanto a hombres como a mujeres. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Lundbeck, un laboratorio danés dedicado exclusivamente a la salud mental, organizó el foro "Unidos frente al Estigma en la Salud Mental", donde expertos nacionales e internacionales discutieron sobre los principales retos que enfrenta el sistema de salud en cuanto a la atención de los trastornos mentales. Los temas abordados incluyeron el panorama actual, la medicina personalizada, perspectivas globales sobre la atención pública en el tratamiento de la depresión y el papel de las organizaciones de pacientes en la lucha contra el estigma. La doctora María Elena Medina-Mora Icaza, directora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que uno de los principales obstáculos para tratar los trastornos mentales en México es el limitado presupuesto destinado a su atención. Según la especialista, solo el 2% del presupuesto federal asignado a salud se utiliza para la atención de pacientes con trastornos mentales, lo que provoca una oferta de atención insuficiente en los niveles de atención comunitaria y en los niveles 1 y 2 del sistema de salud. Actualmente, la medicina de primer contacto en el país no siempre contempla los trastornos mentales como parte de su competencia, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de capacitar al personal médico para poder abordar estos problemas de manera efectiva. El Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, busca concienciar a la población sobre la importancia de la salud mental y movilizar a las comunidades para apoyar a quienes enfrentan problemas en esta área. Este año, la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH) ha establecido como tema central "Trabajo y salud mental, un vínculo fundamental" para resaltar la importancia de la reinserción social como parte esencial en la lucha contra el estigma que rodea a los trastornos mentales. El doctor Mohammad Alsuwaidan, psiquiatra consultor y director clínico de MindWell en Kuwait, además de profesor adjunto en la Universidad de Toronto, explicó que el Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2030 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya la necesidad de integrar los servicios de salud mental en los sistemas de atención primaria a nivel mundial. Refirió que actualmente menos del 2% de los presupuestos globales de salud se destinan a la atención de trastornos mentales, lo que crea grandes barreras para que las personas puedan acceder a los servicios necesarios. En países de ingresos bajos y medios, más del 70% de las personas con problemas de salud mental no reciben tratamiento, lo que evidencia la urgencia de mejorar el acceso a la atención médica en este ámbito. La OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan que los países de ingresos bajos y medios inviertan al menos el 5% de su presupuesto total de salud en servicios de salud mental, mientras que los países de ingresos altos deberían destinar un 10%. Por su parte, la Nueva Agenda para la Salud Mental en las Américas (NASMA) propone tres líneas de acción en cuanto a la inversión en salud mental: aumentar la proporción del gasto destinado a esta área, utilizar mecanismos alternos de financiamiento y financiar enfoques más eficaces y eficientes basados en mejores prácticas internacionales. En el ámbito global, algunos países ya han implementado estrategias más avanzadas para abordar estos retos. Søren Kjeld Kristensen, vicepresidente de Lundbeck, señaló que en Dinamarca se reconoce la importancia de la salud mental y, como resultado, se ha elaborado un plan de acción integral a diez años para mejorar la atención psiquiátrica en el país. Este plan implica un aumento de la financiación en 4 mil millones de coronas danesas anuales durante una década, lo que permitiría transformar la atención en salud mental en dicho país.