Por ser dañinas, al menos 2 marcas de sopa instantánea saldrán del mercado en octubre: Profeco

En octubre, la Profeco revelará las marcas peligrosas y qué ingredientes tienen estas sopas instantáneas que ponen en riesgo la salud

Imagen creada por Luis García para el canal LoFi Hip Hop Radio, en Youtube, para México.

Redacción / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio de laboratorio de diversas marcas de sopas instantáneas, las tipo Maruchan, que se comercializan en México. En el estudio se detectó que algunas pueden causar daños a la salud, por lo que advirtió que algunas serán retiradas de su comercialización

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Advirtió la autoridad que estas marcas, sin decir cuáles, usan publicidad engañosa, de acuerdo con Milenio.

El titular de la Profeco, Ricardo Sheffield Padilla, adelantó que los resultados de este estudio serán dados a conocer a los consumidores en la Revista del Consumidor de octubre, en donde podrán saber qué contienen las sopas instantáneas.

"Uno de los análisis que realizamos tiene que ver con estas sopas instantáneas que se han vuelto muy populares en el país, que las usan mucho para matar el hambre... pero hay que tener cuidado... no vayan a matar más que el hambre", advirtió el representante del organismo federal.

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Expuso que dentro del análisis obtuvieron resultados importantes en cuanto al valor real nutritivo de estos productos alimenticios, además revisaron el empaque en el que vienen y el riesgo que presenta para la salud en algunos casos, tanto el contenido como el empaque, sumado a que algunos tienen publicidad engañosa.

Al ser cuestionado sobre si se retirarán del mercado los productos que incumplen, el procurador dijo: "Sin lugar a duda, por lo menos dos productos van a ser retirados del mercado, por cierto, ambos importados".

Las sopas instantáneas, que llegaron a México en 1988 para ser vendidas como una botana ocasional, se han instalado en la dieta básica de muchos mexicanos.

El consumo de sopas instantáneas en México creció 43% en sólo cuatro años, sin importar su alto contenido de grasas, grasas saturadas y sodio, de acuerdo con el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO).

"En 2015, en México se adquirieron 850 millones de unidades de fideos instantáneos. Para 2019, esa cifra creció a mil 220 millones, lo que significa un aumento de 43% en tan sólo cuatro años", destacó.

La presentación más común de este producto es la de 65 gramos, aunque hoy en día hay una variedad en cantidades, precios, sabores y marcas. Los precios van desde 5 pesos en una presentación de 85 gramos hasta 15 pesos de 64 gramos.

México ocupa el número 15 en la compra de este alimento ultraprocesado; a nivel Latinoamérica ocupa el segundo lugar, apenas por debajo de Brasil, de acuerdo con la Asociación Mundial de Fideos Instantáneos.

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), este tipo de sopas son uno de los alimentos procesados más comunes debido a su facilidad de almacenaje y practicidad, pero que no tienen ningún aporte nutricional y que su composición está basada en una serie de saborizantes artificiales que no son buenos para el organismo.

La ingesta diaria o recurrente de sopas instantáneas podría repercutir gravemente en tu salud, debido a que contiene índices de glutamato monosódico, un aditivo en los alimentos procesados que podría causar dolor de cabeza.

A pesar de ello, en 2018 se calculaba que en México se consumían al año más de 850 millones de porciones de sopa instantánea.

¿Qué es el glutamato monosódico?

Se trata de un aditivo bastante común en los alimentos procesados. Es un concentrado extraído de la caña de azúcar o el betabel y hace que la lengua resulte ser más receptiva al sabor de los condimentos de los productos, de acuerdo con información de la Revista del Consumidor.

El glutamato monosódico raya en lo "seguro" de acuerdo con la Food and Drug Administration (FDA por siglas en inglés) de Estados Unidos y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), pero algunos detractores de su uso aseguran que la ingesta continua del aditivo se relaciona con la presentación de síntomas como dolor de cabeza, sofocación, taquicardia, sensación de opresión en la cara, adormecimiento de la boca, dificultad para respirar, sudoración, dolor de pecho y debilidad.

Algunos estudios señalan que puede llegar a provocar toxicidad a nivel neuronal y hepático.