Pese a estar prohibidos desde 2020, grupos delictivos siguen usando bloqueadores de señal, revela Milenio

Los bloqueadores de señal o jammers siguen siendo usados por grupos delictivos en atentados y trasiego de enervantes

Redacción / La Voz de Michoacán

Muy cerca de donde el entonces secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch sufriera un atentado en la Ciudad de México, el 26 de junio de 2020, fue encontrado un inhibidor de señal que intentó bloquear los equipos de comunicación y así impedir que la escolta de seguridad pidiera refuerzos. El aparato fue presuntamente usado por el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

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Apenas habían pasado cuatro meses desde que el gobierno federal publicara un decreto que prohibía la utilización de bloqueadores o inhibidores de señal, conocida como la Ley Antijammers. Quedó claro, sin embargo, que no habría ley que pudiera frenar a los sicarios de sus estrategias criminales. Y el intento de homicidio contra el secretario de seguridad de la capital mexicana fue prueba de ello.

Un inhibidor de señal es un dispositivo que produce perturbaciones en una banda de frecuencia, cuya intención es bloquear o interferir los equipos electrónicos que quieran hacer uso efectivo del espectro radioeléctrico, como GPS. Estos dispositivos, reconoce el gobierno mexicano, también “son empleados por grupos criminales para robar vehículos en carreteras y evitar los sistemas de detección por parte de empresas y autoridades de seguridad pública”.

Con la ley emitida, quedó prohibida la fabricación, comercialización, adquisición, así como la instalación, portación, uso y operación de equipos que bloquearan, cancelaran o anularan las señales de telefonía celular, de radiocomunicación o de transmisión de datos o imagen. Se sanciona con penas de 12 a 15 años de prisión a quien haga uso de los artefactos electrónicos.

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Sin embargo, según una investigación de la periodista Laura Sánchez Ley para Milenio, con base en los expedientes del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), revela que a pesar de que en enero de 2020 entró en vigor el decreto a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que impone severas penas a quien use ilegalmente estos aparatos, la delincuencia hace uso descarado de ellos.

En el buscador de sentencias del Poder Judicial, la periodista encontró que entre 2020 y 2024 se han presentado diversos recursos como amparos, quejas, entre otros que revelan que han llegado al menos 35 casos a los tribunales federales del país por este delito.

De estos hay al menos ocho casos en Tlaxcala, seis en Michoacán y cinco en Puebla, donde fueron detenidos los delincuentes en posesión de los inhibidores de señal.

En el buscador de expedientes penales del CJF, del Poder Judicial de la Federación, se localizaron 35 asuntos que llegaron a los tribunales entre el año 2020 y 2024 y con varios detenidos por evento.

Los jammers

Según el Ministerio Público Federal, hay inhibidores de señales unidireccionales, que tienen la capacidad de transmitir señales con el objetivo de bloquear, degradar e interferir los servicios de comunicaciones de aparatos móviles como llamadas de celular, mensajes de texto, señales de posicionamiento GPS, servicio de datos redes de WiFi, entre otras.

Aunque hay varias marcas, la más popular entre los delincuentes en México es la marca Jammer o Hammer. Se trata de un aparato de dimensiones discretas, rectangular, que suele caber en la palma de la mano y puede tener cuatro, ocho o más antenas para bloquear la señal emitida (3G, 4G, CDMA, WiFi, LoJack, GPS) por diferentes aparatos de telecomunicaciones.

Herramienta de cárteles

Según información pública, cuando ocurrió el atentado contra García Harfuch en junio de 2020, fue hallado un inhibidor de señal dentro de uno de los vehículos desde el cual se perpetró el intento de homicidio. La intención era obvia: evitar que el equipo del exsecretario capitalino solicitara ayuda.

Según las autoridades de la fiscalía capitalina, el atentado fue orquestado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, grupo que usó en su táctica a los inhibidores e intentó matar con más de 400 disparos de alto poder al entonces funcionario.

Sin embargo, hay muchos más episodios donde estos dispositivos han sido utilizados. En el buscador de sentencias del Poder Judicial se encontraron casos donde los inhibidores de señal son usados por diferentes grupos para delinquir en varios estados del país.

Los partes judiciales revelan historias, como la del 3 de diciembre de 2023, a las 3:25 de la tarde, cuando un hombre llamado Jesús Ávalos, que iba acompañado de su pareja y sus dos niños, intentó evadir un puesto de control, realizó un giro de 90 grados hacia su lado izquierdo e intentó incorporarse al carril contrario.

Esto ocurrió sobre la carretera federal 180 con dirección hacia la localidad el Zapotillo, Tihuatlán, en Veracruz. Iba en una Chevrolet Captiva, una camioneta familiar que bien podría haber pasado fácilmente desapercibida.

Pero fue alcanzado por los elementos de la policía, quienes los hicieron descender del vehículo. Gracias a un perro policía fueron encontrados ocultos en el interior del tablero –en donde debía estar la bolsa de aire– 25 paquetes de cocaína contenidos con cinta de aislar.

Sin disimulo alguno, se leía en los paquetes etiquetas de color negro con blanco con las iniciales CDG, es decir, Cártel del Golfo. Y no sólo eso, en el encendedor del vehículo estaba conectado un inhibidor de señal con dos antenas.

En los documentos puede leerse un dictamen en especialidad de informática y telecomunicaciones que fue elaborado por la FGR el 5 de diciembre de 2023, donde se identificó el dispositivo tipo Hammer, inhibidor de señal de radiofrecuencia para servicios de GPS, portátil y capaz de bloquear la señales dentro de un rango de 10 metros.

Uso frecuente de jammers

Los partes judiciales revelan que en Jalisco frecuentemente son detenidos en flagrancia individuos de la delincuencia organizada en portación de inhibidores.

Desde luego, se hacen acompañar de armas largas y cortas. Como el 22 diciembre de 2022, cuando agentes de la Comisaría de Seguridad Pública Municipal de Zapopan patrullaban la avenida Vallarta. Ahí observaron a lado de una gasolinera un carro con la puerta abierta y a lado un hombre orinando en la vía pública.

Los policías se aproximaron al vehículo y la persona fue abordada con preguntas, pero se desesperó y empujó al policía que lo entrevistaba. Intentó escapar corriendo, al igual que otros tres hombres que se encontraban a bordo del carro. Todos fueron detenidos.

Durante la revisión, los agentes se dieron cuenta que en la consola central del coche se encontraba un arma de fuego, una pistola 9 milímetros HS Produkt XDS-9, distribuida por Springfield Armory en Estados Unidos, así como un aparato inhibidor de señales negro con dos antenas.

“Como resultado de las pruebas y revisión practicadas al equipo bloqueador inhibidor de señales de radiofrecuencias se establece que dicho aparato se encuentra en condiciones apropiadas para su funcionamiento”, dijo la Fiscalía sobre el dispositivo.

Abundan los casos en los que en retenes fueron detenidos integrantes de cárteles que llevaban los inhibidores en los vehículos, así como episodios de detenidos pertenecientes a grupos criminales los cuales fueron acusados de robar tractocamiones.

Hasta adolescentes

Una prueba de que el crimen recluta cada vez a personas que no deberían tener un perfil delictivo es el de un jovencito de apenas 15 años detenido el 11 de marzo de 2023 por la Guardia Civil de Apatzingán. Según su reporte realizaba recorridos de vigilancia en coordinación con un soldado de la Sedena.

En el camino que conduce de Felipe Carrillo Puerto hacia otro paraje conocido como Corralito, vieron una camioneta pickup con vidrios oscuros, parada debajo de la sombra de un árbol. Dicen que esto les sorprendió por la alta peligrosidad que prevalece en esa zona, debido a la frecuente presencia de civiles armados.

Al ponérseles al lado, todos los vidrios de la camioneta con placas de Jalisco descendieron y dejaron ver quiénes estaban dentro: cinco hombres que, encarándose, les gritaron sin temor :“¡Estamos armados!”. Aun así el miembro del Ejército y la policía lograron detenerlos y lo primero que alcanzaron a ver fueron armas largas, cargadores, cartuchos y jammers.

Al realizar los interrogatorios se dieron cuenta que cuatro de estos individuos tenían entre 20 y 30 años, pero uno de ellos les sorprendió con su respuesta: “Me llamo Arturo y tengo 17 años”. Lo llamaron “el adolescente”. Él llevaba los inhibidores.