¿Y si no se lograra la mayoría calificada en el senado para aprobar la reforma judicial?

Para que la reforma al Poder Judicial sea aprobada se requiere que Morena y aliados tengan la mayoría calificada

Foto: Captura de pantalla

Redacción / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Este martes las discusiones de la reforma al Poder Judicial continuaron con los argumentos y posturas entre los senadores en contra y favor del proyecto.

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La reforma judicial buscará una renovación estructural para generar una justicia más ágil y eficiente, alineándose con los cambios sociales y culturales generados en los últimos años.

Hasta el momento, se han desatado algunos revuelos dentro del Senado, donde se realizaba la votación a la reforma, lugar donde ingresaron algunos manifestantes entonando el Himno Nacional Mexicano para impedir la discusión de reforma al Poder Judicial; por lo que las actividades se suspendieron y se reanudaron a las 19:00 horas en una sede alterna.

¿Cuántos votos se necesitan para aprobar la reforma?

De acuerdo con el artículo 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para la aprobación de una reforma a la Carta Magna, como lo sería la reforma judicial, se necesita tener la mayoría calificada, es decir, contar con un número determinado de votos.

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"Que el Congreso de la Unión, a través de cada una de sus dos Cámaras, apruebe por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, las reformas o adiciones".

Por lo que, si en el Senado se encuentran los 128 legisladores, corresponde tener 86 votos a favor para avalar la reforma.

¿Y si no se alcanza la mayoría calificada?

Si no se alcanza la mayoría calificada para aprobar la reforma judicial en el Senado, la reforma no se aprueba y no se convierte en ley.

"En la mayoría de los sistemas legislativos, las reformas constitucionales o cambios profundos en el sistema judicial requieren una mayoría calificada, que suele ser dos tercios o tres quintos de los votos de los legisladores, dependiendo de la normativa del país".

1. La reforma se detiene: La propuesta no se aprueba y se archiva, al menos temporalmente.

2. Negociaciones y ajustes: Puede haber intentos de renegociar la reforma, ajustando el contenido para conseguir más apoyo de los legisladores. Esto podría implicar cambios en los puntos más controversiales.

3. Presentación en otra sesión: Dependiendo del marco legal, es posible que la reforma se someta a votación nuevamente en una sesión futura, ya sea en el mismo periodo legislativo o en uno posterior.

4. Impasse político: En caso de que la reforma sea una prioridad para el gobierno, el fracaso para aprobarla podría resultar en tensiones políticas o negociaciones más intensas entre las diferentes fuerzas políticas.