Ciudad de México.- Desde hace dos décadas y cuando era gobernador de Chihuahua, el senador Patricio Martínez García (PRI) estudia posibles errores en el trazo de la línea con Estados Unidos y ahora advierte que si Donald Trump se propone levantar un muro en la frontera, una vez que tome posesión como presidente de ese país, deberá respetar los tratados de paz y límites entre las dos naciones. El asunto, dice, no es de Patricio Martínez, tampoco exclusivo del Senado, ni compartido entre los poderes Legislativo y Ejecutivo, pues también atañe a los mexicanos, los 130 millones que somos, y abre un llamado a la defensa territorial de unos 847 kilómetros en dos polígonos en Chihuahua y Sonora. Hoy, su oficina tiene mapas sobre las anexiones territoriales mexicanas a Estados Unidos; las de 1836, 1845, 1848 y 1853, y también registra las expansiones que hubo desde 1803 de territorios de España, Francia y Gran Bretaña. Un croquis es la base de sus señalamientos de errores en el lugar de la línea divisoria, que llama “las dos fronteras”, en las que se marcan meridianos y paralelos con sus grados y minutos; distancias, ríos, ciudades. De hecho Patricio Martínez, quien gobernó Chihuahua de 1998 a 2004, da continuidad a la tarea de investigación y documentación de Leonardo Heiras Arzolarza, quien dedicó más de 20 años a investigar a detalle los orígenes y circunstancias del problema. “La línea no se ha movido jurídicamente. Se provocó una confusión en el siglo XIX, al moverse monumentos o mojoneras que dejaron superficies del lado de Estados Unidos”. ¿Chihuahua cómo se afecta? —El monumento 40 debía estar a 100 millas del monumento 1, en el cruce del paralelo 31 grados 47 minutos, quedó desplazado y se cometió un error en la ubicación de otro monumento, el 53, con una pérdida de territorio nacional de 8 mil 345 hectáreas, un rectángulo, 159 kilómetros al poniente de Ciudad Juárez. ¿En Sonora cómo ocurre el error? —En este caso, el monumento 127, que debía estar en el cruce del paralelo 31 grados 20 minutos, con el meridiano 111 grados quedó en la línea meridional 111 grados, cuatro minutos, 34.45 segundos. Se modificó el rumbo de la línea hacia el poniente, hasta la mojonera 205, en el límite con Baja California. La pérdida de territorio nacional es de 77 mil 678 hectáreas. ¿Este es el tipo de problema que usted ha estudiado? —Los dos polígonos dan una sumatoria de diferencias territoriales de 84 mil 757 hectáreas y lo que proponemos es que si los monumentos fueron movidos por mala intención, se debe corregir, y si fue por error, también. Aspiro no a los 103 años del litigio de El Chamizal. Espero, deseo, y ojalá lo logremos los mexicanos en 103 días. ¿Habla de errores, no de despojo? —Todo esto es un error. Yo no considero que estas sean pérdidas de territorio. Pérdida sería si otra vez, como nos ocurrió, nos hubiéramos forzado a hacer entrega de suelo patrio. ¿La amenaza del muro de Trump activó este asunto? —Los estudios los estuve preparando desde que llegué al Senado, en 2012, y se quedó en la reserva debido a la recarga de iniciativas y trabajos. Hoy que hay una situación de planteamientos entre las dos naciones respecto de migración, frontera, comercio, me parece que es oportuno sacar este tema. ¿Usted advierte que el muro no se debe levantar sin confirmar la ubicación de la frontera? —No se puede levantar un muro sobre una línea equivocada, si se respeta el derecho. Yo tengo gran confianza y esperanza de que Estados Unidos, que es una gran nación que vive en el derecho y proclama que se respete el derecho a nivel internacional, que en esta ocasión respete el derecho de México sobre la línea fronteriza que señalan los tratados. Si quiere hacer su muro, que no lo haga en territorio mexicano. ¿Este asunto es tema del Estado? —Este no es asunto nada más del Senado. Lo estoy iniciando para que éste haga la verificación de toda la tesis que planteo en lo histórico, topográfico y en lo documental, como son los tratados de paz y amistad y de límites de Guadalupe Hidalgo y La Mesilla. He pedido que el Senado haga la verificación a la brevedad y que el Ejecutivo federal inicie el procedimiento jurídico, diplomático que corresponde. La cuestión también es de los estados de Chihuahua y Sonora. ¿El tema es territorio, algo fundamental para un país? —Este es un asunto de la República, justamente representada en el Senado. Además es tema del Estado, el cual se conforma por pueblo territorio y gobierno. El territorio tiene un problema, que debe ser defendido con todas sus atribuciones, con toda su responsabilidad por el gobierno de la República, de las entidades federativas y, sobre todo, por el pueblo de México. ¿De esa magnitud es la diferencia sobre la línea fronteriza? —Si somos alrededor de 130 millones de mexicanos, no creo que haya uno que tenga una diezmilésima de ADN en su sangre de Antonio López de Santa Anna. ¡No hay uno que pueda aprobar la conducta de vende patrias! ¿Así debe ser la defensa del caso? —Casi 130 millones defendiendo este punto y señalando que la frontera de los tratados, me parece que son tareas a desarrollar por el Estado mexicano. ¿Este tópico debe ser expuesto por México al mundo? —La comunidad internacional debe conocer que de ninguna manera debemos aceptar los mexicanos la descalificación que se ha hecho en lo general de nuestra población. No por la conducta de unos cuantos se puede estigmatizar a un pueblo entero. Salgo, no en defensa de los mexicanos: Llamamos a todos a que tengamos conciencia de esta circunstancia y a que salgamos a la defensa de nuestra dignidad y de nuestro territorio. ¿Dignidad, inteligencia, y pudiera irse a tribunales internacionales? —Ya hay el antecedente de El Chamizal. Se desvió el río Bravo y se segregó una fracción de 240 hectáreas al lado norteamericano y tuvimos una diferencia internacional. Benito Juárez mandó notas diplomáticas en reclamo de esa superficie. Pasaron 103 años y la Corte Internacional de la Haya nos dio la razón, aunque la diferencia se zanjó con la devolución de 170 hectáreas. ¿La Haya es una alternativa ante algún desacuerdo? —Me parece que si hay un antecedente de cómo al no llegar a un acuerdo en los límites, se acude a los tribunales internacionales, ese podría ser el caso. La diferencia es que ahora hay un aviso de que se va a construir un muro en la frontera. Y quiero preguntar a quienes pretenden eso: ¿En dónde lo van a levantar? ¿En cuál de las dos fronteras, la que marcan los tratados, o la que se está marcando en el terreno? Sobre esta frontera incorrecta no se pueden levantar muros. Eso no debo decirlo yo solo. Debemos decirlo los mexicanos sin ninguna diferencia de color, religión, política, ni de nada. ¿Su llamado es a todos? —A todos, absolutamente a todos los mexicanos. Como un solo hombre, todos debemos alzar la voz para señalar que debe quedar una sola frontera, la que se marcó en los tratados.