Agencias / La Voz de Michoacán Ciudad de México, 3 de mayo.- Los jóvenes embozados que tomaron por 12 días la Torre de Rectoría de la UNAM robaron objetos personales de trabajadores, así como algunas partes de equipos de cómputo, como monitores, CPU o impresoras, y documentos administrativos, y artículos como sellos, engrapadoras y guías escolares, lo cual, sin embargo, no representa un saqueo de archivos confidenciales de la universidad. “Hubo rapiña, robaron cosas de los empleados, algunos objetos que caben en mochilas, papelería administrativa, pero nada que ponga en riesgo información institucional”, coincidieron funcionarios de la UNAM. Al respecto, un elemento de seguridad en el edificio central de Ciudad Universitaria confirmó a Excélsior que los encapuchados sí sustrajeron documentos, principalmente administrativos y que afectan directamente a los aspirantes y becados de la UNAM. “Saquearon algunos papeles, no muy importantes, pero esos papeles sirven para el proceso de admisión de los aspirantes, e incluso guías”, reveló. Asimismo, indicó que pese a que los pagos de nómina a docentes y trabajadores también fueron atrasados, “lo que urgía” era pagar las becas, y fue lo que se hizo antes de todo, al recuperar la Rectoría. Tras la salida de los encapuchados, el rector de la UNAM, José Narro, se reunió al mediodía de ayer con los 800 empleados del edificio de gobierno y después con directivos de la institución académica, a quienes les ratificó que este acto vandálico representa un grave daño a la imagen de la universidad, pero que deben permanecer unidos para salir adelante. Durante los días que fue tomado el edificio, los activistas robaron objetos y documentos administrativos básicamente de la planta baja, donde está la Oficina de Vinculación del Consejo Universitario, así como del mezanine, donde se encuentra la administración escolar encargada de los trámites para estudiantes, como becas y solicitudes académicas . Sin embargo, los funcionarios consultados por Excélsior comentaron que los embozados hurtaron objetos personales de los empleados y papeles administrativos, lo cual habla de la rapiña que hicieron en esos días, pero que no llega a un saqueo institucional. No obstante, el rector determinó que el responsable de cada piso deberá elaborar un inventario de las oficinas para realizar un reporte de robo detallado por cada piso, con el que se podrá hacer un recuento de daños completo. Sobre la violación a la seguridad que hay dentro de la torre, uno de los funcionarios comentó que la oficina del rector estuvo resguardada, ya que cuenta con protecciones especiales, además de que se cortó la energía eléctrica y el agua para evitar que violentaran otros pisos. De acuerdo con información oficial, las rejas que hay en las escaleras entre cada piso de la torre tienen un grosor de un centímetro y medio de acero, por lo que es muy difícil romperlas con herramienta simple.