José Luis Ceja/ La Voz de Michoacán Ciénega de Chapala. La brisa del lago golpea la cara, los gritos de las gaviotas y los pescadores se confunden en uno en la lejanía del horizonte en el que se pierde el otro extremo de este cuerpo de agua que es el termorregulador de esta parte del país y del que nace el sustento para cientos de familias que viven de la pesca en el extremo michoacano y de la explotación turística en el lado de Jalisco, el Lago de Chapala o La Laguna, como le dicen los michoacanos, es actualmente una madre que agoniza enterrada entre azolves y contaminantes tanto biológicos como químicos. Además de ser el principal proveedor de agua para riego en poco más de 6 mil hectáreas en la parte de Michoacán, en los ejidos de los municipios de Villamar, Sahuayo, Jiquilpan y Venustiano Carranza, el Lago de Chapala es el principal abastecedor de agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara, a la que aporta el 60 por ciento del agua que se consume. El lago forma parte de la Cuenca Lerma-Chapala, constituida por 53 mil 591 kilómetros cuadrados y es recipiendario de los mil 194 kilómetros del cauce principal; en esta cuenca, la Comisión Nacional del Agua tiene ubicados 37 acuíferos: 16 en Guanajuato, 6 en Jalisco, 2 en el Estado deMéxico, 9 en Michoacán y 4 en Querétaro, de los que se extraen aproximadamente 5 mil 200 hectómetros cúbicos anualmente a través de 14 mil 652 pozos activos. Los principales afluentes son La Gavia, Jaltepec, Angulo, Duero, Laja, Guanajuato-Silao, Turbio, Calderón, Verde, Juchipila, Bolaños y Huaymanota, a través de los 204 municipios en 6 estados de que se compone la Cuenca Lerma-Chapala. Desde estos estados en los que se desarrollan complejos industriales, municipios grandes, medianos y pequeños, el Lago de Chapala recibe principalmente dos tipos de contaminantes clasificados por especialistas del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional del Instituto PolitécnicoNacional, con sede en Jiquilpan; los dos grupos de contaminantes fueron identificados como bacterias patógenas, materia orgánica, grasas y mezclas de aguas residuales y los contaminantes químicos como grasas, aceites, metales pesados, detergentes, fertilizantes y plaguicidas. También puedes leer: Ante escasos ingresos, mujeres se lanzan a pescar al Lago de Chapala El Río Lerma (uno de los principales tributarios de este lago) recibe fuertes descargas de contaminantes urbano-industriales de Santiago Tianquistengo, Xalatlaco, Lerma, Toluca, Atlajomulco ymúltiples poblados más en el estado de Querétaro. En Guanajuato recibe las aguas residuales de Salamanca, del corredor industrial y la refinería de Pemex, además de las provenientes de León, Salvatierra, Celaya, Irapuato, Villa Regidora, Cortazar, Villagrán, Abasolo y Pénjamo”, señala la investigadora Alejandra Ojeda Sampson, quien realizó el análisis del potencial turístico de la Ribera de Chapala. Pese a ser considerado el destino casi final del llamado “drenaje más grande del país”, el Lago de Chapala es uno de los 134 Sitios Ramsar del país y uno de los nueve de esta entidad federativa y busca por parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Smarnat) el nombramiento de Área Natural Protegida para la exisla de Petatán; nombramiento que se requiere para constituir el santuario de los pelícanos borregones como un Área Natural Protegida y preservar la integridad de este humedal ya que el municipio no alcanza a cubrir las necesidades presupuestales que requiere el mantenimiento de este espacio que cifra sus esperanzas en el arribo de los pelícanos borregones que abril a noviembre de cada año se dan cita en la exisla de Petatán, en Cojumatlán, y en la tenencia de La Palma, en Venustiano Carranza. También puedes leer: Pelícanos borregones, un atractivo natural del Lago de Chapala De acuerdo con la investigadora Alejandra Ojeda, tanto los contaminantes químicos como orgánicos provocan modificaciones en el ciclo del agua como el grado de acidez o alcalinidad, temperatura, el potencial de hidrógeno, la demanda bioquímica o química de oxígeno, lo que puede causar efectos inmediatos o la intoxicación gradual en los organismos que los fijan en sus tejidos; la acumulación de residuos orgánicos por la presencia de nutrientes y sustancias contaminantes ha derivado en la pérdida de biodiversidad con el florecimiento de algas y maleza acuática, lo que reduce las posibilidades de alimentación de diversas especies de este embalse: Así mismo, en los sedimentos del lago se ha detectado un incremento en los niveles de fósforo inorgánico que supera en gran medida las concentraciones máximas recomendadas por organismos internacionales”. A lo largo de los años las actividades humanas han puesto al Lago de Chapala al borde de una crisis ecológica que impactaría a los núcleos poblacionales de la ribera; caso concreto las actividades agrícolas, es de recordar que, provenientes de los municipios de Jiquilpan, Sahuayo, Venustiano Carranza y Villamar, se vierten a este embalse aproximadamente 8 millones de metros cúbicos anuales de aguas residuales y excedentes de aguas pluviales; a lo anterior se suman factores como el incremento en las tamandas de lirio y las descargas de polvos y lodos. En el caso del lirio, el ciclo de vida de esta planta de entre 65 y 70 días propicia una regeneración veloz, lo que ocasiona la pérdida de agua por evapotranspiración, incluso enmayor volumen que la pérdida por evaporación debido a los rayos solares; explica Ojeda Sampson que el lirio inhibe el crecimiento de fitoplancton, lo que afecta el adecuado desarrollo de las poblaciones de peces; además de lo anterior, el crecimiento de esta planta que, cuentan las leyendas locales fue introducida por la esposa de Porfirio Díaz en este lago, es un riesgo potencial ya que crea las condiciones favorables para la proliferación de las larvas de los moscos transmisores del paludismo. Es de señalar que en algunas regiones se ha intentado utilizar el lirio a manera de forraje para la alimentación de los hatos ganaderos, que es también un riesgo ya que esta planta está asociada a diversos tipos de cáncer en bovinos. En lo que respecta a la pérdida en la capacidad de volumen de este lago, está asociada directamente con el incremento de azolve ya que de acuerdo con datos del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional han entrado al lago 78 millones de metros cúbicos de sedimentos, esto sólo a través del Río Lerma, sumados a los 100 millones de toneladas de azolve que denunció la organización Corazón de la Tierra, debido principalmente a la deforestación tanto en esta región específica como en las cercanas a los ríos y tributarios de este lago, este fenómeno reduce progresivamente la capacidad de almacenamiento en 2.5 milímetros cúbicos y aumenta el lecho del lago en 7 milímetros anuales, lo que eventualmente llevará a este embalse al azolve total. De hecho, organizaciones ecologistas de la región de La Palma, en Michoacán, han solicitado a la Capitanía de Puerto en Chapala, Jalisco, que se gestione la posibilidad de dragar el lago para reducir el azolve existente; en tanto los visitantes encuentran en este lugar todavía un poco de tranquilidad interrumpida solamente por los gritos de los pescadores que se mezclan con los graznidos de las aves ante una puesta de sol que evoca las postales románticas de Chapala, la madre que agoniza.