José Luis Ceja/La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Pese a que en reiteradas ocasiones se ha señalado el ordenamiento del comercio en vía pública como una de las condiciones para permanecer en el programa de pueblos mágicos, los espacios públicos muestran un verdadero desorden en ese sentido toda vez que los comerciantes ambulantes y semi fijos no se apegan a las solicitudes de las administraciones municipales en turno. Espacios como la Explanada del Zalate, la Explanada de la Aguadora, el Jardín Colón y el Jardín Zaragoza son ocupados por puestos semi fijos de vendedores de café, frutas, globos, y antojitos tradicionales que se instalan en casos como el Jardín Zaragoza, en los pasillos entre las jardineras. En su oportunidad, Carlos Corona Ruán, presidente del Comité Municipal de Pueblos Mágicos, recordó que son ya varias ocasiones en que el Comité Revisor de este programa ha señalado la necesidad de ordenar el tema del comercio ambulante y semi fijo como una condicionante para permanecer en este programa; en ese sentido desde la administración local anterior se generó un nuevo reglamento de mercados y comercio en vía pública sin embargo el instrumento legal no abordaba el tema del ordenamiento de estos comerciantes y, contrario a lo esperado, incluso permitía a los comercios especializados en venta de café a tomar hasta dos metros de vialidades peatonales del centro de la ciudad para colocar mesas de servicio. A más de lo anterior, el reglamento aprobado por el colegiado 2015-2018, centraba todas las facultades de sanción en la Dirección de Reglamentos, dirección que no fue creada ante la negativa de los mismos regidores bajo el argumento de que sería una carga presupuestal. Es de señalar que, hasta el momento y pese a que el presidente del Comité de Pueblos Mágicos en este municipio adelantó que Jiquilpan se encontraba en la mira como uno de los dos posibles candidatos en Michoacán para abandonar el programa federal, no se ha dado a conocer por parte de la alcaldía si se plantean modificaciones al reglamento de comercio para lograr que se ajuste a las necesidades de este municipio. Es de señalar que el citado reglamento causó inconformidad entre la población luego de que se diera a conocer que, a solicitud de la entonces regidora de comercio, se había pagado a un particular la cantidad de 10 mil pesos por la elaboración de este instrumento legal que, después se conoció, era un plagio de uno reglamento de comercio de una ciudad del norte de la República. Finalmente y aunque en algún momento a través de las direcciones de turismo de las administraciones municipales anteriores se ha buscado el diálogo con los comerciantes para lograr equipar sus puestos con un diseño que armonice con la estética general y la imagen urbana; hasta el momento los puestos establecidos alrededor y dentro del Jardín Zaragoza presentan, cada uno, diferentes colores de toldos y diseños en sus carritos de atención a los compradores