José Luis Ceja Guerra/ La Voz de Michoacán Sahuayo, Michoacán. Pese a que se ha intentado a través de diversos proyectos minimizar el impacto ambiental de la producción de tabique, la contaminación continúa, debido principalmente a la utilización de llantas en el proceso de cocción de los productos de barro. Es de destacar que es en los municipios de Sahuayo y Jiquilpan en los que la producción de tabique, baldosa y teja son verdaderas industrias informales con alto grado de riesgo para los trabajadores que regularmente operan al margen de cualquier esquema de seguridad social. Uno de los problemas derivados de esta actividad económica es el alto grado de contaminantes que se emite a la atmósfera a causa de la utilización de llantas y pieles en el proceso de cocción de los productos de barro; tema que a pesar de haber sido ya objeto de observaciones por parte de dependencias estatales y federales no se han podido establecer medidas eficaces para lograr disminuir la emisión de contaminantes. De hecho a través de diversos canales se ha intentado dotar a los productores de hornos ecológicos sin embargo y pese a que algunos han intentado adaptarse a esta tecnología el resto de ellos persiste en utilizar llantas y residuos de las peleteras de esta ciudad como combustible. En ese sentido es de precisar que los productores han señalado la escasa rentabilidad de esta actividad como uno de los factores que impide que puedan realizar inversiones en tecnología o pago de prestaciones como la inscripción de estos trabajadores. En este punto es de precisar que ésta es quizá una de las actividades de mayor demanda física puesto que regularmente las jornadas inician a las 4 de la mañana para poder concluir antes del mediodía y evitar las calores; a lo anterior se suma el hecho de que muchos de los trabajadores cumplen la doble función de ser “quemadores” esto es, son los encargados de realizar la cocción de los productos lo que implica una hornada mínima de doce horas expuestos a altas temperaturas y a la emisión directa de los gases producidos por la combustión. Durante varias administraciones se trató de regular a través de la Dirección Municipal de Reglamentos e impedir que los productores utilizaran llantas y pieles sin embargo y debido a que estas tabiqueras o “galeras” se encuentran asentadas en los bordes de los ríos o en zonas ejidales las pone fuera del rango de acción de esta Dirección por lo que sido necesaria la intervención de dependencias federales que no han podido regular este tema.