La Piedad, Michoacán.- La piel gruesa y de un color que se ha ido poniendo rojizo por la exposición al sol, lo cual puede generarles algunos padecimientos. Fuertes candidatos a lesiones en la columna por cargar bultos pesados y habitualmente con machucones en los dedos de las manos, los albañiles alegran las calles donde se construyen las grandes obras civiles, fincas de campo para las familias ricas y casas de interés social para la clase trabajadora. Antes cargaban a todas partes con su radio Majestic de ocho pilas Ray-O-Vac que sintonizaba las mejores estaciones de música popular regional como “La Tapatía”, “Fiesta Mexicana”, “Radio Pía”, LG “La Grande”, “La Rancherita” o Radio Ranchito. Esas melodías inundaban colonias y barrios enteros, mientras “El Pecas”, “Cachumbas”, “El Zocotroco” o “El Cui”, revolvían el cemento con agua, grava y arena, porque iban a “colar”. Sabían que la jornada era dura, que la friega iba a ser fuerte y por eso el “maistro” junto con el “inge” o “el arqui” preparaban la carne asada con las caguamas y las tortillas calentadas en la tapa de un tambo para el final del jale. Si una guapa mujer pasa por una construcción (sospecho que muchas lo hacen a propósito para enaltecer su ego) se lleva una carretada de piropos, algunos galantes y otros atrevidos. Frases como: “¿Qué comen los pajaritos?… macita”, “¿Dónde está la juguetería que se están escapando las muñecas?”, “Seguramente San Pedro anda pedo, pues se salieron los angelitos”. “En ese bolillo si embarro mi mantequilla”. “Estás tan buena que te haría un traje de saliva”. “El mejor regalo que puedes darle a tu madre este 10 de mayo es decirle que yo será su yerno”. Para más información consulta la edición impresa de La Voz de Michoacán del 4 de mayo de 2016.
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