Rogelio Arellano/La Voz de Michoacán Uruapan, Michoacán. Con la capacidad de llamar la atención de los mejores sumilleres y enólogos o bien ser materia de estudio al formar parte de la identidad cultural de Michoacán, el aguardiente charanda también tiene la oportunidad de ser parte del auge global que se traduce en una mayor demanda de las bebidas regionales espirituosas y por ende una opción para apoyar el desarrollo económico en su franja productora que abarca 16 municipios del centro del estado. En este camino se tienen logros importantes para su expansión en territorio nacional así como para buscar la conquista de otros nichos importantes tanto en el norte de América como en Europa, ello a través de herramientas como la Norma Oficial Mexicana 144-SCFI-2000 y un blindaje contra “piratas” a través de la Denominación de Origen lograda en el año 2003, casi cuatro siglos después del surgimiento de los primeros trapiches (destiladoras). Con 11 fábricas de Charanda en el estado, la oportunidad es para todos, sobre todo si se toma en cuenta que actualmente las bebidas espirituosas locales, categoría en la que se ubica a la charanda, representan el 31 por ciento del consumo global, contra un 22 por ciento del whisky, un 15 por ciento del vodka, un 8 por ciento del brandy, un 6 por ciento del ron y el resto se distribuye entre ginebra, tequila y bebidas espiritflavored, señaló Arturo Pacheco Mondragón, director general del Consejo Regulador del Charanda AC. Señaló que dentro de las gestiones para consolidar el desarrollo de esta industria, se busca el apoyo del gobierno estatal para concretar la operación del Consejo Regulador del Charanda. “Hasta ahora el mayor impulso se le ha brindado al crecimiento del mezcal, sin embargo el Charanda tiene el mismo potencial, por ello creemos que se puede apoyar a las dos con la misma determinación; lo que ocupamos en lo inmediato se refiere a la inyección de capital, un fondeo para afrontar requerimientos por parte del gobierno del estado”, indicó.