Olivia Tirado / Corresponsal La Voz de Michoacán. Tuzantla, Mich.- La huella de María Magdalena Catalina, III Condesa de Miravalle, sigue vigente y también está en Tuzantla. Su testimonio está en la hacienda de San Esteban Tiripitio; mismo que esconde en el interior de sus paredes siglos de historia, de historia viva, religiosa, colonial, incluso insurgente. Es una de las haciendas más grandes de la Condesa. El doctor y escritor Josep Zalez Zalez, impulsor de la Ruta de la Condesa, autor de “La Condesa… Historia y Leyenda”, fue invitado a conocer la hacienda de San Esteban, en Tiripitio, Tuzantla. En el siglo XVII los jesuitas estuvieron a cargo de la hacienda, que además de convento era un ingenio azucarero, alcohol y piloncillo; al igual que las haciendas de La Mora, La Florida, San Miguel Púcuaro (en Jungapeo) y la Santa Catarina en Tuxpan. Durante los años que estuvieron en manos de los jesuitas estas propiedades, las ganancias que produjeron, fueron para beneficio del obispado de Valladolid, quienes las utilizaron para la construcción de la catedral, y el palacio Clavijero, entre otros. “Fue durante la mitad de ese siglo XVIII cuando esas haciendas pasaron a manos de la familia de Los Condes de Miravalle. Una vez más, María Magdalena Catalina, la Tercera Condesa de Miravalle se volvió protagonista de habladurías -casi fantásticas- por parte de los esclavos de la hacienda”, especificó el escritor Josep Zalez Zalez. De esta época, se sabe que tenían 123 esclavos negros que fueron traídos desde África para que laboraran en el ingenio o trapiche de la hacienda de San Esteban. Así como otros cientos de mulatos y mestizos libres que hacían labores en la cercana mina de cobre. De todas las haciendas de la Condesa de Miravalle, esta fue la de mayor extensión, llegando a limitar incluso con el Agostadero, actual Agostitlán, comunidad del municipio de Hidalgo. “Resulta interesante, que uno de los sitios adjuntos a la hacienda se le conozca como ‘Los Libres’, y es que dicen los lugareños que cuando un esclavo era liberado, se iba a vivir a ese espacio o terreno”. Leona Vicario en Tiripitio Pero en la hacienda de San esteban Tiripitio, también se vivió con intensidad la transición del Virreinato a la Independencia de México. Acontecimientos de gran importancia se llevaron a cabo en el lugar. Entre ellos, el matrimonio de Leona Vicario y Andrés Quintana Roo, hecho que erróneamente algunos ubican en Tlalpujahua. Incluso en la biografía de Leona Vicario se dice que fue en Tlalpujahua, pero hay escritos que desmienten ese hecho, ya que se casó en Tiripitio. Fue durante una estancia en la hacienda de San Esteban, que Leona Vicario dio a luz a su hija primogénita, escondida en una cueva cercana, ya que el bastión Insurgente había sido descubierto por el ejército real. De esa misma época, se descubrió en el lugar, una carta, la cual, data de 1810. Habla de que ‘la región está ardiendo en llamas por el levantamiento de un falso cura que se hace llamar Miguel Hidalgo”. Incluso, se menciona a ‘Pepe Botella’ (José Bonaparte). Hermano de Napoleón Bonaparte, y que había sido impuesto por éste, como rey de España. La hacienda, privilegiada Por su parte, Julián Suárez Gómez afirma que esta hacienda es un lugar privilegiado por completo. “Yo le di al presidente de Tuzantla, Julián Rodríguez Rosales, un escrito que encontré y que está fechado en 1810. Este escrito habla de la historia de la hacienda y la manda el Quinto Conde de Miravalle al rey de España. “El escrito especifica que dejan el dinero de Pepe Botella, escondido en la hacienda, pues hay un falso cura llamado Miguel Hidalgo y una bola de secuaces que hacen una revolución interna, por lo cual no pueden mandar el dinero a España, pues no es seguro que llegue”, dijo Julián Suárez. Esto ha provocado que diversas personas acudan a esa hacienda, creyendo que existe el tesoro, incluso algunos han excavado. Lo que sí han encontrado, han sido túneles que tienen un poco más de un metro de ancho y más de 2 metros de altura; mismos que quieren que sean un atractivo turístico y se integren a la Ruta de la Condesa. Hablan ruinas ‘Ahí están para dar testimonio de su pasado, las ruinas de la capilla, de la casa principal de los anexos jesuitas, del impresionante trapiche en muy buen estado de conservación. Incluso, abundan en la zona los moldes para endurecer el piloncillo, mismos que tienen el sello jesuita en su parte interior, así como los vestigios de un puente que atraviesa el rio principal”, explicó el escritor Josep Zalez Zalez. “Sin duda, San Esteban Tiripitio es un lugar histórico, un lugar en el oriente michoacano que habitó La Tercera Condesa de Miravalle y después Leona Vicario. Un lugar que está en espera de ser tomado en cuenta en lo que se refiera al rescate, no solo de las ruinas de su grandeza, sino también de esas historias y leyendas que están plasmadas en cada una de sus piedras”, finalizó el escritor.