Héctor Jiménez/ La Voz de Michoacán Michoacán. Parte de la comunidad católica del municipio de Taretan se encuentra dividida por la labor del sacerdote de la Parroquia de San Ildefonso, Francisco Javier Valencia Durón, ya que mientras algunos lo consideran como uno de los mejores curas que ha tenido la localidad, otra parte de la población creyente lo ha señalado por presuntos malos tratos y cobros indebidos. El pasado 18 de agosto, un pequeño grupo de pobladores presentó un documento al arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos, con el que denunciaban presuntas irregularidades en el quehacer de Valencia Durón, como presumiblemente cobrar cuotas indebidas y negar sacramentos como la comunión. De acuerdo con los inconformes, el sacerdote implementó un nivel de dificultad muy alto durante el catecismo, que impedía a algunos niños cumplir con todos los requisitos para hacer su primera comunión, además de que a los feligreses que realizaban el procedimiento en otra iglesia se les impedía comulgar en la Parroquia de San Ildefonso. En contraste, más de 10 ciudadanos provenientes de diversas colonias y comunidades de Taretan se presentaron este domingo 25 de agosto en la Catedral de Morelia para rechazar las acusaciones contra Valencia Durón. Nuestro cura ha hechomucho por el pueblo, nunca en la historia de nuestra parroquia se habían visto los trabajos que está haciendo”, afirmó María Guadalupe Chacón Martínez, presidenta del Consejo Parroquial de Taretan, al hacer referencia a obras de infraestructura en el centro religioso. Cuestionada sobre de dónde provienen los recursos para estas acciones en tanto que existen reportes de presuntos cobros indebidos, la creyente afirmó que el sacerdote local no ha solicitado el pago de ninguna cuota y que todos los fondos provienen de las limosnas en la Iglesia o de donaciones. El atrio que hizo no costó un peso ni dos, los retablos que ha hecho no cuestan un peso ni dos, y a nadie le ha pedido un peso. A nadie se le cobra más que la cuota normal de las colectas en la misa. Sin embargo, hay personas muy generosas, guayaberos, zarceros, personas que ayudan a la parroquia”, aseveró la señora. Sobre la acusación de que el sacerdote ha negado la comunión a algunos feligreses, argumentó que esta denuncia se centra en un caso en el que una niña no reaccionaba a las palabras que se recitan durante este ritual, por lo cual detuvo el sacramento y tuvo una reunión posterior con la familia de la menor de edad. Lo que hizo fue llamar a su mamá y hablar en privado con ella. A lomejor se vio que se la negó, pero precisamente porque él se preocupa mucho en este sentido de que las personas sepan lo que están recibiendo y sepan todo lo que ella implica”, dijo Chacón Martínez. Te puede interesar: Asentadas en la irregularidad más de mil iglesias en Michoacán En relación con la supuesta severidad en el proceso para recibir la primera comunión, María Guadalupe defendió la postura del sacerdote de Taretan al afirmar que tiene como fin evitar que los jóvenes sean posteriores víctimas del crimen organizado. La gente no quiere la catequesis como tal, quiere las cosas fáciles. Hay ciertos puntos en el catecismo donde sí hace más hincapié, pero porque un niño que no asiste al catecismo va a ser el próximo colgadito, el próximo descuartizadito, porque ahí se está sembrando la semilla”, aseveró.