El trabajo en el jornal y la lucha por la subsistencia diaria ocupan un lugar primordial en la vida de las mujeres jornaleras agrícolas. Sus relatos de vida muestran coincidencias en cuanto a una vida difícil y la huella que les ha dejado ser madre. Zitácuaro Por: Olivia Tirado Jerónima Hernández vive entre las nochebuenas y su casa, entre los colores vivos del verde y el rojo, la risa de sus hijos y el abrazo de su esposo. Su universo es pequeño pero firme; su vida es tranquila pero también agitada, pues trabaja en el vivero y trabaja en su casa; sin embargo, las recompensas están siempre presentes, pues el amor que le brindan sus seres queridos, quita todo el cansancio que pueda tener. Su vida transcurre del vivero a su casa y de su casa al vivero. “Mi vida es sencilla, es tranquila, a veces agotadora, pero con la alegría de ver a mis hijos reunidos en la mesa, con la alegríade hacer las tortillas y ver cómo se las comen junto con el plato con frijoles. Ese es mi mundo y en el soy feliz”, dijo. Los Reyes Por: Roberto Huitrón Para Carolina Liberto Pedro, 23 años de edad, quien esmadre soltera, como la gran mayoría de las piscadora de zarzamora en la región de Los Reyes, el cultivo de las frutillas resultó ser provechoso como fuente de empleo principalmente para las mujeres, quienes son preferidas para el corte de la zarzamora por la sutiliza de sus manos diestras para la pisca. Liberto Pedro tiene un pequeño de 4 años de edad, y nos refiere que ella desde los 18 años trabaja en la cosecha de zarzamora, inició este tipo de labor en un huerto de uno de sus tíos. Nos revela que por su trabajo obtiene un salario semanal de mil pesos, con horario de trabajo de 7:30 a 14:30 horas, con media hora para almorzar. Uruapan Por: Elizabeth Murillón Aunque es mamá de once hijos, Guadalupe Tinoco Román, festeja el Día de las Madres realizando las labores de su hogar y del campo de manera habitual, ya que han sido pocas las ocasiones en las que ha recibido un regalo o se ha hecho una comida en su honor a causa de que su familia carece de recursos económicos para realizar un convivio por más humilde que pueda ser en agradecimiento a esta mujer que ha sido testigo de cada una de las etapas que han vivido sus hijos. Originaria de la localidad La Basilia que es perteneciente a este municipio, la campesina quién se ha dedicado durante la mayor parte de su vida a cosechar pequeños cultivos del maíz y aguacate, vive el Día de la Madres como un día normal ya que en muy pocas ocasiones ha sido sorprendida por un obsequio de sus hijos y en las pocas ocasiones en las que se ha festejado con una comida, esta ha sido hecha por ella, sus nueras e hijas, con la intención de poder pasar un momento agradable en sana convivencia familiar. Para más información, consulte la edición impresa de La Voz de Michoacán.