Murales de Orozco y las dos visiones de la Revolución Mexicana

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Foto: Cortesía.

José Luis Ceja/La Voz de Michoacán

 

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Jiquilpan. La tarde cae sobre la Avenida Lázaro Cárdenas de Jiquilpan con el cansancio de un día de sol que no se aminora ni a la sombra de los portales de la vieja terminal de autobuses. En los equipales de un emblemático café se reúnen poco a poco los clientes habituales: los periodistas, los políticos, los jubilados y uno que otro turista despistado esperando ver los murales de José Clemente Orozco que están justo cruzando la calle.

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Mientras enciendo un cigarrillo y doy el primer sorbo a mi café negro, mi mirada queda fija en el viejo edificio en el que se alberga la biblioteca Gabino Ortiz. Algo llama mi atención; justo frente a la biblioteca hace parada el camión proveniente de Los Reyes, una pareja desciende de él, son un hombre y una mujer, posiblemente rebasen ya los sesenta años; él se quita el sobrero frente al edificio y ambos se santiguan y una sonrisa apenas imperceptible asoma en mis labios en los que está prisionero mi cigarrillo sin filtro.

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No es raro que la gente confunda a esta biblioteca con una iglesia pues, de hecho, ese edificio fue el primer santuario Guadalupano de esta ciudad y es común que algunos realicen sobre sus rostros el signo de la cruz cuando pasan frente a sus puertas y es que, si uno no se detiene a observar los relieves  de bronce que obran en las puertas de madera, la biblioteca bien podría pasar por una de tantas iglesias que existen en la localidad.

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Mi café corre el riesgo de enfriarse así que lo termino en un par de sorbos y lentamente atravieso la avenida, un claxon por aquí, un recordatorio materno por allá, una mirada de desaprobación por parte de los conductores pero estoy ya frente a las enormes puertas revestidas de bronce en la que, casi por inercia comienzo a leer y anotar los nombres de los pensadores de América representados en los relieves.

Entro y lo primero que veo son los famosos murales de José Clemente Orozco alusivos a la Revolución Mexicana aunque en mi mente sigue dando vueltas la pregunta de ¿cómo una iglesia se convirtió en biblioteca pública?

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