El Universal/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. A sus 12 años Luis ingresó a las filas del narcotráfico como un empleado más. Su deseo era comprarle una casa a su mamá y pensó que la única manera en que lo lograría era uniéndose a quienes le dieron una pistola y, en poco tiempo, dinero, pero insuficiente. Luis nació en Apatzingán, en la comunidad de Cenobio Moreno, parte de lo que fuera el epicentro del "Cártel de Los Caballeros Templarios", grupo delictivo surgido en el estado de Michoacán en 2011. Hoy tiene 18 años y sabe que dentro de toda la organización, él es el eslabón más débil. Gregorio López Gerónimo, mejor conocido como "El Padre Goyo", se ha dedicado a ayudar a las víctimas de la violencia a través de su asociación Cristos, la cual calcula que en 2014 ya había 4 mil 800 huérfanos en Michoacán y más de 2 mil 500 viudas. Desafortunadamente las cifras de "El Padre Goyo" son unas de tantas que pululan en registros no oficiales o en documentación de organismos internacionales. El gobierno mexicano no cuenta con un censo de los huérfanos, víctimas de la delincuencia organizada. Hasta noviembre de 2017, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Michoacán sólo contaba con 414 niños puestos a disposición de una institución para su cuidado y educación en toda la entidad. Todos relacionados en algún tipo de delito violento. Información solicitada en el DIF de Michoacán señala que no cuenta con censos especiales para conocer el número de niños y jóvenes en riesgo, mucho menos la cifra de los huérfanos, porque el trabajo es "100% preventivo", advirtió la directora de Asistencia e Integración Social del Sistema DIF en Michoacán, Gabriela Perusquía Carreras. La institucionalización de los niños es el último recurso por "ley y humanidad", aunque eso signifique dejar a los menores a resguardo de un familiar, que no está apto para atender a los niños. Según los testimonios recabados con funcionarios del DIF estatal, son dos las razones por las cuales esta institución omite dar continuidad a los casos de los niños huérfanos en resguardo de un familiar: la primera, que los trabajadores sociales no pueden obrar con libertad y seguridad en algunas regiones de Michoacán, como la de Tierra Caliente; la segunda, la falta de personal calificado, debido a pugnas sindicales. Aunque según Perusquía Carreras, "dice la teoría que si hay un niño huérfano, tiene que estar puesto a disposición de una institución, si perdieron a papá y mamá y no están con nosotros es porque hay alguien que se puede hacer responsable de ellos. ¡Sería preocupante pensar que hay menores de edad en la calle y no los tenemos nosotros!". La Red por los Derechos de la Infancia de México (Redim) reveló en su informe "Infancia y Conflicto Armado en México" que serían alrededor de 30 mil huérfanos en todo el país, mientras que la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados fue más allá, calcula 40 mil. Uno de estos jóvenes de la comunidad de Cenobio Moreno explica que un menor huérfano es más fácil de captar por las redes del crimen organizado. Conocí a un niño de aquí, de Apatzingán, de 12 años, que ahorita anda allá en el cerro con esta gente. Y este es un niño huérfano, que él vivía ahí con su abuelita, pero sin papás; entonces, pues no le hacía caso a la abuelita, y ella no le promocionaba muchos valores, y además tenía vecinos malandrines, entonces el chiquillo todo el día se la pasaba en la calle. Sí, sí es un factor, y muy importante, el que sean huérfanos; es más difícil", cuenta el menor de edad.