La Piedad, Mich.- El centro de ciudad está saturado de tráfico. Los “norteños” llegados a la región quieren, ha como dé lugar, visitar al Señor de La Piedad y tomar muchas fotos para subirlas al “face” y mandárselas a aquellos que no pudieron venir. No existe una autoridad que pueda contabilizar la cantidad de migrantes que por estas fechas visitan la región para pasar las fiestas de fin de año con sus familiares, debido a que una gran mayoría son indocumentados, además de que muchos de ellos retornan a través de sus propios medios, sin pasar por centrales de autobuses o aeropuertos. Andan felices por la plaza, comprando garbanzos, elotes, papas con picante, churros con cueritos, degustando tacos de cabeza, patas doradas, tortas planchadas y al vapor. Hablan el spanglish y a veces eso molesta a algunos, sin embargo todos quieren acompañar a los norteños a pasear en sus “camionetitas”. La cantidad de matrimonios que se registra en estos años no permite que ninguno de los sacerdotes que atienden los templos de la región tenga descanso. Las misas para las bodas se apartan hasta con un año de anticipación. Son fastuosas las pachangas que se llevan a cabo en las rancherías, donde corre el tequila a montones y los banquetes son cada vez más exclusivos. En algunas poblaciones, para estas fechas es común acudir a quinceañeras amenizadas por artistas de talla internacional como Marco Antonio Solís, Los Tigres del Norte, Joan Sebastián y toda la gama de cantantes norteños y de banda. Festejos similares se llevan a cabo en Numarán, Yurécuaro, Tanhuato, Penjamillo, Churintzio y otros municipios de la región donde el gobierno municipal organiza en conjunto con los paisanos grandes fiestas. Así, las calles más céntricas de cada municipio se van llenando de vehículos, cada vez resulta más difícil circular por ahí. Cientos de “trocas” nuevas, de camionetas tipo Van, de carros deportivos se mueven lento por la ciudad. Son los “norteños” que han comenzado a llegar después de un año de arduo trabajo en los Estados Unidos. Su llegada le trae vida a las decenas de comunidades rurales de la región que permanecieron abandonadas durante el resto del año.