Redacción web/La Voz de Michoacán. Santa Clara.- Ubicada en la región Lacustre, Santa Clara del Cobre es la localidad donde su actividad artesanal es la base de la economía y en todas las calles del centro de la ciudad se pueden encontrar en venta diversos y creativos artículos hechos a base de este metal; desde cazos, jarrones, centros de mesa y figuras decorativas, hasta tinas de baño y joyería. Actualmente son alrededor de 400 talleres artesanales los que operan en esta localidad del municipio de Salvador Escalante, los cuales generan empleos y esto a su vez se ve reflejado en la economía de la zona, lo que también permite la apertura de nuevos mercados para la exportación del cobre, que además de ser utilitario en la cocina, lo es de igual manera para la medicina y hasta para el proceso de elaboración del mezcal. Mucho antes de la llegada de los españoles a tierras mexicanas, los mesoamericanos ya manufacturaban objetos a base de cobre. El grupo p´urhé es del que se tienen mayores datos al respecto. Al inicio de la Colonia, el cazo y la olla fueron los utensilios donde se concretó casi en forma exclusiva la producción, además de alambiques, tinacos y calderas con que surtían a la industria. Los artesanos del cobre han conservado la técnica tradicional y una organización familiar, en la que emplean aprendices del oficio. El procedimiento del trabajo es a grandes rasgos el siguiente: los cobreros parten del calentamiento del “tejo” o trozo de metal en la fragua, hasta que el metal toma un color rojizo, en este momento se sabe que es dúctil y puede moldearse. Entonces, con pinzas lo llevan de la fragua a la plancha, donde aproximadamente cinco hombres preparados lo golpean alternadamente mientras otro lo sostiene y va girando; de ahí el nombre de “cobre martillado”.
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