Angélica Ayala/Colaboradora La Voz de Michoacán Región Lacustre.- Los pueblos indígenas de la Región Lacustre, que circundan el lago de Pátzcuaro, están a la espera de las ánimas. Es a partir de las doce de la noche, que las puertas de los panteones se abren, para que los familiares de los difuntos les coloquen sus ofrendas, para después velarlos durante toda la noche. Las velas, el arco forrado de flor de cempasúchil, el pan, la sal, las flores, son algunos de los elementos que tienen las ofrendas, todo para las ánimas que llegan del inframundo para abastecerse y después regresar a su camino. Así, esperan la llegada de quienes ya partieron y les ofrendan la comida que más les gustaba, o, la bebida que más consumían. La Noche de Muertos es patrimonio intangible de la humanidad. Los lugares más visitados por los turistas, son Pátzcuaro, Janitzio y Tzintzuntzan; sin embargo, hay comunidades donde cada año llegan más visitantes para apreciar la ceremonia, que manifiesta la cosmovisión de los pueblos purépechas. Tal es el caso de Arocutín, donde las ofrendas purépechas aún son respetadas por la gente ajena que los visita, el silencio es algo que no pasa desapercibido. Lea la información completa en la versión impresa del 2 de noviembre.