Eduardo Ruiz / La Voz de Michoacán. A pesar del frio, la crisis económica, el aumento a los impuestos y los precios de la canasta básica, los Reyes Magos llegaron a tiempo y llenaron de sonrisas y alegrías a miles de hogares. Por la noche del cinco de enero, a varias cuadras del centro de la ciudad, específicamente en el Jardín de la Purísima, en la explanada del Tianguis de la Avenida Michoacán, en las tiendas Aurrerá, Wal-Mart, Soriana, Sam’s, Coppel, Ley, Moto bici Arroyo y La Marina, miles de adultos se daban a la tarea de escoger el juguete que los niños con tanta ilusión habían pedido anticipadamente. Los precios de los aparatos electrónicos oscilaban entre los 120 y los 450 pesos, mientras que otros ya más sofisticados tenían un valor de hasta 700 pesos. A quienes les fue verdaderamente mal fue a los comerciantes ambulantes que se instalaron en el Jardín de La Purísima y en la explanada de la Avenida Michoacán, pues las compras a crédito y sin intereses acapararon el mercado. Los juegos electrónicos, los teléfonos celulares, videojuegos, consolas, cámaras fotográficas y de video, iPods, y reproductores Mp3, no se vendieron como en antaño. Mientras tanto, en los hogares los niños se apresuraron a dormir temprano, dejar su carta en orden y el zapato descolorido en la sala, todo en espera de que el nuevo día llegara con la aparición de regalos traídos por los magos de Oriente… Y al despertar, ¡Los regalos ahí estaban!, “Mira lo que me trajeron”.