Olivia Tirado / Corresponsal La Voz de Michoacán. Zitácuaro, Mich.- Este 8 de marzo, en el festejo del Día Internacional de la Mujer, y como ganadora del premio a la ‘Mujer Zitacuarense’, recibió la presea 2013 Sor María Cristina González Miranda. Se le otorgó esta distinción por su labor humanitaria y social a favor de niños desamparados, maltratados; incluso niñas abusadas sexualmente, a quienes ha llevado por el buen camino, pues les ha dotado de lo más esencial en el ser humano: desde alimentación y educación espiritual hasta abrigo, comida y techo. El evento de entrega de presea, se celebró en el Centro de Convenciones a las 11 de la mañana. El recinto estuvo lleno de autoridades municipales, ex funcionarios, sociedad y mujeres que ya han sido galardonadas con este reconocimiento. El edil Juan Carlos Campos fue el que entregó la presea a Sor María Cristina. Ella, antes de recibirla, agradeció tal distinción, ante la cual se siente honrada. Cabe destacar que Sor María Cristina ha sido elegida como la Mujer Zitacuarense 2013 por la labor humanitaria y social que ha hecho a favor de los niños maltratados y de la calle. Les ha proporcionado techo y comida, educación espiritual y académica. Es una mujer que ha tocado puertas. Ella ha sido la pionera, la que consiguió un terreno y gestionó –incluso con la embajada de Japón (en México)- ayuda para construir el albergue María Guadalupe que cobija a 24 niñas que han sido maltratadas física y sexualmente. La galardonada especificó que en este día se siente honrada al ser nominada para recibir este reconocimiento, mismo que compartió con todas las mujeres valiosas. “Quiero destacar el papel de las mujeres que han caminado a mi lado. Las mujeres que estuvieron y están en mi proyecto. Mi agradecimiento especial es para Dios, quien ha derramado para mi sus bendiciones y dones, para efectuar el cumplimiento de una misión tan bella y especial”, dijo. Aseguró Sor María Cristina sentirse satisfecha por que la misión salesiana es consagración y prevención por los niños y jóvenes. “Esto es un don de Dios, pero corresponde al corazón de las personas desarrollarlo y perfeccionarlo. Ser salesiana es quien tiene de los jóvenes un conocimiento vital, su corazón late donde late el corazón del joven. La mujer salesiana vive y trabaja para ellos y ellas, se entrega para responder a sus necesidades y problemas. Ellos (niños y jóvenes) son los consentidos de nuestra villa”. Explicó que las mujeres están ante retos verdaderamente grandes, que es la oportunidad de dar y ayudar a los niños que realmente lo necesitan, Esos pequeños que están en la calle, que sufren de maltrato y abusos. “Esta es una realidad que podemos cambiar. Nunca es tarde para empezar”.